«
La Artesa» es un nombre que ha surgido de manera artificiosa en el último siglo para un monte cuya característica silueta llama la atención desde lejos. Cuando nos acercamos por el sur a la zona de
Muez -
Riezu, después de bajar el puerto de Etxauri en dirección a Estella, una elevada silueta con forma amesetada nos llama la atención en las crestas de Andia.
Se trata de
Elimendi. Sin embargo su doble cima con una ligera depresión entre ambas ha popularizado ese nombre (La Artesa), con el que mucha gente lo conoce.
Para llegar a esta cima podemos intentarlo desde diferentes localidades. Lo habitual es hacerlo desde el sur, bien sea desde
Vidaurre,
Guembe o
Arguiñano. Desde éste último pueblo describimos la ascensión, un tanto cansina en principio al discurrir por una pista de grava que nos lleva hasta la base de su laderas más empinadas. Lo mismo sucede si lo hacemos desde los otros dos pueblos. Sin embargo el entorno del monte, al final, cambia por completo nuestra percepción de la excursión. En breve trecho podemos rodearlo por su base para ver los cambios que la orientación geográfica puede producir en el tipo de vegetación que crece en sus laderas (zonas de monte bajo,
hayedos, afloramientos rocosos e incluso un amplio rodal de repoblación de coníferas). Al otro lado, hacia el norte, se extienden ya los paisajes típicos de Andia. Precisamente desde el norte llega otro posible itinerario, partiendo de
Munárriz, que probablemente en el futuro intentaremos, con visita previa al monte
Zoiolagaina, su vecino septentrional.
La excursión permite diferentes variantes que se describen también junto con el camino, como la posibilidad de volver por Vidaurre, la de utilizar dos vehículos o la de dar la vuelta completa al monte y descender por la misma pista que hemos utilizado en la ascensión para regresar directamente a Arguiñano.