Urdazubi/Urdax es un pequeño paraíso oculto en el norte de Navarra.
Plácido, verde, recoleto, el pequeño pueblo recibe más visitas del otro lado de la frontera que de los propios navarros.
Junto a sus casas desaguan las regatas que bajan del puerto de Otsondo y comienzan las redondeadas ondulaciones que se extienden hacia el norte y que configuran el paisaje de los pueblos de Iparralde. El río
Ugarana, que pasa por detrás del centenario monasterio, recoge las aguas que van hacia
Dantxarinea.
En el pueblo, muy cuidado, todavía está en perfecto estado (y visitable) el centenario
molino. En el barrio de Leorlaz sus famosas y bellas
cuevas de Ikaburua.
Partiremos desde la misma plaza del monasterio, donde se ha rehabilitado todo el sobreclaustro. En el mismo, gracias al trabajo incansable de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, se inauguraron en poco tiempo el albergue de peregrinos (el Camino de Santiago
de Baztan pasa por aquí) y un hermoso museo que muestra objetos de culto, ropajes y libros de los antiguos monjes pre-mostratenses.
Se han marcado dos recorridos que aprovechan la sugerente geografía del lugar.
Este es uno de ellos. Sale del pueblo por el camino de Orabidea para dar la vuelta completa al monte
Azkar, ascender a su cima y bajar después entre éste y el monte Argandoita.
Sin llegar a los 8 km de longitud está perfectamente señalizado y es un placer para los sentidos. Se inicia suavemente para después ir aumentando en pendiente poco a poco. Vamos recorriendo las sendas que unen diferentes bordas, tanto en término de Urdax como de Baztan (cuya muga está cercana al pueblo). Alcanzamos las cercanías de la cima junto a Elizagoieneko Borda, algo por encima del collado entre Sansinenea y Azkar donde se erigió un castillo defensivo del reino (
véase el artículo de Luis Mari Ruiz) y por una bonita senda llegamos a la cima para contemplar el pueblo a nuestros pies.
Después volvemos junto a la borda y descendemos por la regata que se abre paso entre Azkar y Argandoita, cuyo cauce desciende por el interior de un
robledal hasta las inmediaciones del pueblo.
Un sendero sin dificultad para el disfrute de cualquier edad.