Monreal
Atravesamos la calle del Burgo, de este a oeste. Todo el aspecto desangelado que aparenta la travesía de la localidad por la carretera general se vuelve acogedor y hermoso en esta calle enlosada de viviendas cuidadas y embellecidas.
Cerca de la iglesia, a la izquierda, está el albergue de peregrinos, reabierto hace un par de años. Si seguimos la calle del Burgo en dirección oeste salimos por camino ancho que se adentra directamente entre campos de cultivo.
Nada más abandonar el pueblo, al amparo de la impresionante mole de la Higa, encontramos un panel explicativo del Camino de Santiago bastante deteriorado.

Dejamos a la izquierda el cementerio y el depósito de aguas. Marchamos en ligero descenso, rectos. A la derecha, no muy lejos, va la carretera general. A nuestro alrededor los campos de cereal.

Hay una desviación junto a un corral de ganado. Sin tenerla en cuenta seguimos rectos.
Sobre nosotros La Higa muestra la parte baja repoblada con pinares. Hacia arriba se mantiene la vegetación autóctona, con carrascal mediterráneo, hendido por el carretil que sube en zig-zag hacia el repetidor de la cima.
Nuestro camino está bordeado por matorrales de Crataegus (manzanicas de pastor). Hacia nosotros viene en diagonal por la izquierda una línea de chopos que indican la presencia del río Elorz.

Alcanzamos el río.
Marchamos por su margen derecha. Caminamos por una senda entre chopos, espinos y otros matorrales.
Dos minutos después un cartel en color verde nos indica el emplazamiento primitivo del crucero de San Blas, que actualmente está situado junto a la carretera general N-240.

Una pista viene de la carretera, perpendicular. A la misma sale nuestra senda, junto a un puente sobre el río. Ahora lo cruzamos. Nos dirigimos hacia la ladera del monte. Unos 400 metros más allá el camino gira 90º y toma de nuevo dirección oeste.
A medida que vamos bordeando la ladera vemos algunos barrancos que bajan por ella. Bojes, carrascas y vegetación mediterránea en el sotobosque. Algunos campos de labor llegan por la derecha a nuestra altura.
En varias zonas asoma la erosión con pequeñas cárcavas.
Vemos la plantación, con protección en los troncos, de jóvenes carrascas para que el camino goce de sombra en el futuro.

Pequeña población de Yárnoz.
A medida que nos acercamos la ladera se vuelve más inclinada, y nos obliga a ir por algunas zonas boscosas y recurvadas. El camino ha adelgazado y se ha convertido en senda.
Al llegar dejamos una cantera abandonada a nuestra izquierda.

Superamos el pueblo, por la parte superior, sin llegar a entrar en el mismo. Lo hacemos por un camino que marcha unos metros en descenso, asfaltado, hasta la pared del cementerio, de reconstrucción relativamente reciente.
Después la tónica es la misma que antes de llegar. Se va estrechando y se convierte en senda, de nuevo bordeando las laderas de la sierra de Alaiz.

Pasamos sobre la localidad de Otano.
Por el pueblo pasa la carretera de Urroz-Campanas.
No llegamos a bajar hasta el mismo. Nuestro camino continúa por encima.

Después de superar un portillo en una alambrada, la senda desemboca, cerca de Ezperun, en un carretil de viejo y deteriorado asfalto, que asciende hacia la izquierda. Bajo nosotros las obras de ampliación de la carretera. A nuestra izquierda otra cantera abandonada.

Superamos Ezperun también por la parte superior, sin llegar a bajar al pueblo.
El camino sigue por buen piso, en ascenso, ancho. Superamos una alambrada con portillo.
Cinco minutos después, en una revuelta del camino bastante pronunciada, nos desviamos a la derecha por una senda señalizada con un hito (a este punto pertenecen las coordenadas de la cabecera).
La ladera va girando suavemente hacia el oeste y van apareciendo algunos robles entre las carrascas. Entre bosquete y bosquete aparecen zonas con matorrales en almohadilla de ollagas y pequeños bojes. Al fondo, a la derecha, divisamos Pamplona y la Cuenca, con el acueducto de Noain en primer plano y la localidad de Beriain tras él.

Tras haber ascendido durante un buen rato, aunque no de forma excesiva, la senda nos permite un descanso.
Vamos divisando la primera de las grandes canteras cercanas a Tiebas. Siete minutos después nos internamos por una pequeña galería de robles y arces con sus troncos invadidos por la hiedra.
Al salir de esta galería...

Localidad de Gerendiain.
Bajamos hasta tomar contacto con el pueblo. Olvidando el camino herboso que continua en ligero ascenso, y que puede confundirnos con unas cintas rojiblancas colgadas de las ramas, bajamos hasta la iglesia y tomamos un camino amplio, por la derecha de una bifurcación, que en ligero descenso nos lleva a una cercana cantera, también abandonada.
Cinco minutos después pasamos junto a esta cantera y seguimos bordeando la ladera, cada vez más orientados al sur.

Cada vez son más frecuentes las zonas donde el bosque cubre nuestro camino. Aparecen esporádicamente el rusco y el acebo en el sotobosque. El boj aumenta su presencia.
La ladera se orienta ya claramente al sur. Vemos bajo nosotros la autopista y la carretera general Pamplona-Zaragoza. Al fondo la sierra del Perdón.
Pronto damos vista a las ruinas del castillo de Tiebas en un altozano, y al pueblo a la izquierda.
En el punto señalado en la cabecera cruzamos una pista descendente y continuamos por senda unos metros más abajo. Vamos en descenso. Algunos jóvenes pinos carrascos se mezclan con los robles.
Algunos metros más abajo volvemos a salir al camino que hemos cruzado.

El camino toma una zona más llana y un rato después
pasamos una acequia y seguimos pista a la izquierda, en ascenso hacia el pueblo, bordeando el altozano del castillo.

Subimos hasta la bifurcación de la carretera de Tiebas y la de las canteras de Alaiz. Estamos a las afueras del pueblo.
Subimos por la derecha hacia el centro de la localidad. Tenemos, junto a la iglesia, el bar, donde podemos hacer un merecido descanso.
Tras atravesar todo el pueblo, a la derecha, junto a la escuela, tenemos el albergue de peregrinos, muy pequeño pero funcional.
Las vistas, desde el pueblo, sobre la Cuenca de Pamplona, son excelentes.
Salimos por el sur, por carretil semiasfaltado. A la izquierda, en la ladera, se suceden los grandes boquetes de las canteras.

Cruzamos un carretil que sube de derecha a izquierda hacia una de las canteras.
Dejamos en el cruce a la izquierda el cementerio, y marchamos junto al campo de fútbol (a nuestra derecha).
En el talud del campo se aprecia muy bien la estructura de aglomerados de las rocas.
Al acabar el campo de fútbol el camino sigue recto, con el suelo peor acondicionado. Campanas queda debajo, con su estación de ferrocarril.
Once minutos después, bifurcación a la entrada de un bosquete. El camino ancho se va hacia abajo, a la derecha. Nosotros nos internamos entre los árboles tomando senda a la izquierda, pero enseguida nos unimos al mismo camino y marchamos junto a la alambrada de la autopista.
Durante un buen rato tendremos que soportar el tráfico de la misma, al otro lado de la alambrada. Nuestra pista sube en principio para después iniciar un descenso y volver a subir.

Junto a una caseta de recogida de aguas, con un grifo en la pared, el camino desciende y vuelve a subir. Podemos aprovechar una senda que por la derecha trata de no perder altura. Entre la caseta y esta senda se abre un socavón.
Después volvemos a ascender algo para volver a bajar.

Descendemos hacia un carretil que llega desde el otro lado de la autopista y se dirige a la izquierda hacia otra cantera.
Pasa por un túnel que nos permite llegar al lado oeste de la A-15. Al otro lado nos encontramos un cruce de carreteras que unen la de Muruarte y Artajona con la general N-121. Pasamos también bajo la general y encontramos al otro lado la continuación del Camino.
Un panel explicativo y un hito nos señalan, a la izquierda de la carretera, la continuación por un camino que toma dirección sur.
A la izquierda van quedando, tras alambradas, los barracones de un antiguo campamento militar que servía de base para prácticas de escalada en la sierra cercana.

Marchamos paralelos a una vaguada, en cuyo fondo circula el ferrocarril. Al otro lado tenemos la localidad de Muruarte de Reta.
A los doscientos metros una desviación a la derecha nos señala la dirección de un pequeño túnel por el que podemos pasar.
Al otro lado tenemos una pequeña plaza, con bancos de madera y fuente, que invitan a un descanso.
Subimos hacia el pueblo por una escalera enlosada y con barandilla. Salimos a la altura del bar "Murugain", a la izquierda, por carretil. A los 100 metros tomamos desviación asfaltada a la derecha, con dirección a Olcoz.
Nada más tomar esta desviación vemos ya en el horizonte las casas del siguiente pueblo. Tenemos a derecha e izquierda campos de patatas y cereales. Marchamos en dirección oeste.

Olcoz
Sin entrar en el pueblo, el Camino toma junto a la primera casa de la derecha y dejando el carretil bordea el pueblo en dirección norte.
Cuando deja la última casa a la izquierda seguimos, en una bifurcación, a la derecha (de frente), y pocos metros después, en otra a la izquierda.

Nada más tomar esa desviación se abre el paisaje ante nosotros. Estamos en la cabecera del valle de Valdizarbe, donde se asientan Úcar, Tirapu, Añorbe... Vamos en descenso, al principio bastante apreciable.
Añorbe aparece bajo el monte de su ermita de San Martín. A la izquierda está Tirapu. Al fondo Enériz, Adiós, Muruzábal.
El camino, muy áspero, va descendiendo en curvas que se adaptan al lomo de la derecha. Los campos de cereal llenan el fondo de Valdizarbe.
A los ocho minutos una bifurcación sube hacia lo alto de la loma. La ignoramos y seguimos por la izquierda en suave descenso. Poco después el camino se transforma en senda que bordea unos campos de olivos recién plantados, protegidos por dos coloridos espantapájaros.

Tras alcanzar un cruce en la zona de Otazgaña, muga de Tirapu, Úcar y Olcoz, seguimos en descenso hacia el fondo del valle y alcanzamos, junto a una gran pajera con el suelo muy embarrado, cercana a la carretera, una desviación que sale, en forma de senda, a la derecha.
Bordeamos el río Robo. Incluso en ocasiones nos da la impresión de ir por una pasarela elevada por su centro, pues ambas márgenes están invadidas por vegetación acuática. A veces los chopos se yerguen a nuestro lado y nos ofrecen su sombra.
Nos vamos aproximando paulatinamente a la carretera, que marcha a la izquierda.

Cruzamos la carretera, de forma que ésta queda, junto con el río, a nuestra derecha. Más al norte, cercanas, se levantan unas grandes naves y algo más alejado el pueblo de Úcar.
Ahora el camino empieza por ser ancho, de buen piso. Pero al poco, a la altura de una viña emparrada, se torna embarrado y herboso. Durante un buen rato marcha paralelo a la carretera, en dirección oeste, en llano.

Enériz
Atravesamos el pueblo por las calles Cofradía y San Juan, en la misma dirección que llevábamos.
Al otro lado del pueblo sale pista bien acondicionada, amplia, que circula entre campos de labor y huertas. Es recta. El camino puede hacerse algo monótono, pero el paisaje es amable y relajante, salvo por algún que otro vehículo que toma esta pista como carretera particular.

Cuando se inicia una ligera curva a la izquierda y va a comenzar un ascenso, sale una senda a la derecha que debemos tomar.
Queda ya cercana la ermita de Eunate, al fondo de esta senda que marcha entre dos hileras de Crataegus.
Más al fondo apreciamos la esbelta torre de la iglesia de Obanos.
Seguimos, pues, en llano, entre campos de labor.

Ermita de Ntra. Señora de Eunate
Famoso monumento en el Camino. Prácticamente todos los peregrinos han oido hablar de él. Su singular construcción y la leyenda que se ha creado en torno a ella sobre su supuesta construcción por la orden del Temple, ha generado un inusitado interés por visitarla, tanto por aquellos que siguen el ramal "Aragonés" como por los peregrinos que, llegando de Pamplona, se desvían en Muruzábal u Obanos para conocerla.
No obstante, a pesar de afirmaciones rotundas y frecuentes de numerosos autores, parecen bastante rotundos los argumentos de José Mª Jimeno Jurío, quien afirma que Eunate jamás fue posesión ni tuvo que ver con los Templarios (véase "Eunate" - Col. Panorama - Gobierno de Navarra).
Eso no resta el más mínimo interés al lugar, pues la singularidad artística y arquitectónica de esta construcción románica le hacen merecedora por sí sola del interés de cualquier amante de la cultura.

Junto a ella se encuentra un pequeño albergue de peregrinos. También están abiertos unos servicios públicos y hay una fuente donde reponer la cantimplora.
Por detrás del albergue, manteniendo la dirección que llevábamos, sigue el camino. Un panel explicativo nos da más información a la salida.
A los pocos metros la pista se orienta al sur, pero enseguida tomamos a la derecha (oeste), para subir hacia una zona acondicionada como merendero.
Tras superarla salimos a un camino que tomamos hacia la derecha. Al fondo divisamos la Sierra del Perdón con todo su abanico de instalaciones eólicas. Más cercano vemos el pueblo de Muruzábal.

Cruzamos el río Robo y nos acercamos a la carretera para cruzar al otro lado y ascender hacia la cercana localidad de Obanos.
Dejamos a la izquierda la entrada a una finca vallada y seguimos hasta que el camino gira, a unos 300 metros bruscamente hacia el oeste.
A los siete minutos de cruzar la carretera pasamos junto al cementerio. El suelo comienza a estar asfaltado. Ascendemos hacia un cambio de rasante, para descender de nuevo

Descendemos y cruzamos la carretera que viene de Muruzábal. Seguimos de frente para volver a ascender, ahora ya directamente al pueblo, mientras el carretil gira a la izquierda.
Pronto alcanzamos las primeras viviendas. Previamente veremos una señal que nos indica la desviación hacia el albergue de peregrinos (a la derecha).

Obanos
Las señales nos van guiando por las calles de la parte sur de la localidad.
Curiosamente hay un momento en que, cuando empezamos a descender, podemos ver, a no más de 30 metros, la plaza donde se asienta la iglesia. El Camino o Ramal "Francés" pasa por ahí. Los caprichos del itinerario hacen que ambos caminos estén tan cercanos y no se junten realmente hasta el albergue de Puente la Reina. Por eso, si el caminante desea continuar de aquí en adelante por el otro camino, puede subir a la derecha hasta la plaza del pueblo y seguir las señales. Como guía tiene la ruta ya publicada en RutasNavarra.
Nuestro camino desciende rápidamente. En un giro de 180º tomamos a la derecha y descendemos casi de forma brusca, hasta la carretera Campanas-Puente la Reina. Enfrente cierra el horizonte el altozano de la ermita de Ntra. Señora de Arnotegi.
Unos cien metros más allá, tras cruzar el asfalto, nos alejamos de la carretera por una pista que se mete a la izquierda.

Tras subir durante un rato tenemos un ligero descanso para volver a subir unos metros hasta el collado.
Al llegar a lo más alto vemos bajo nosotros Puente la Reina. Está relativamente cerca.
Descendemos mientras la pista gira a la izquierda. En el siguiente altozano vemos el cementerio.

Poco antes de iniciar el ascenso al cementerio tomamos una senda perpendicular al camino que, por la derecha, nos acerca al casco urbano de Puente la Reina.
Al alcanzar una tapia giramos a la izquierda, por piso ya cementado. Pronto superamos un riachuelo por pasarela peatonal y, junto a la pared del seminario de los PP. Reparadores, alcanzamos el albergue regentado por los mismos.

Albergue de los PP. Reparadores. Puente la Reina.
Estamos junto a l iglesia del Crucifijo. Ésta sí que está documentada como una de las posesiones de la Orden del Temple, que fue cedida a la Orden de San Juan cuando los templarios fueron disueltos.
El albergue ha sido remozado estos últimos años y presenta unas instalaciones excelentes.
Aquí se unen los dos caminos, el francés y el aragonés. A partir de este punto marchan juntos. Si desea ver las siguientes etapas deberá buscar la de Puente la Reina a Estella en el Camino "Francés".