Para llegar al punto de inicio tomaremos la carretera «particular» del Monte de Limitaciones, que sale a la izquierda de la última curva cerrada antes de alcanzar, subiendo desde Zudaire, las alturas de Urbasa.
Esta carretera perteneciente al valle de Amescoas, da servicio a la gran extensión que constituye este monte y que linda con las extensiones de Urbasa.
A seiscientos metros de su arranque veremos un grupo de bordas a la derecha (al norte) del asfalto. A la izquierda (hacia el sur) parte una pista perpendicular a la carretera que cruza en pocos metros una puerta de hierro pintada de verde en una alambrada.
La cruzaremos y la dejaremos cerrada para evitar fugas de ganado.
La pista sigue en esa dirección. Por la izquierda, en la fecha en que hemos pasado, se está levantando una alambrada nueva que probablemente sea una realidad en pocos días.
Pronto entramos en contacto con las primeras hayas.

Cruzando este proyecto (o realidad) de alambrada, un camino sale a la izquierda por zona herbosa en ligero ascenso. Abandonamos así la pista principal que marcha hacia la localidad de San Martín.
En el raso crecen algunos enebros sueltos y, en el linde del arbolado algunas matas de Prunus spinosa pacharán).
Después de subir un poco descendemos algo hacia una zona de bosque donde observamos los signos que citamos en la introducción: prietas aglomeraciones de arbolillos jóvenes, de 4 a 6 metros de altura como media, y espaciados algunos ejemplares adultos, productores de semilla.

Salimos de nuevo a un pequeño raso en el que ascendemos algo.
El camino más claro marcha por el centro manteniendo la dirección que traíamos. Sin embargo nos vamos a desviar hacia el borde izquierdo para buscar la salida de una marca escasamente evidente hasta que salimos por este lado, en dirección este. En cuanto volvemos a tener árboles a ambos lados se define con claridad el terreno y seguimos camino claro en el bosque. Giramos a la derecha en descenso.
Se va definiendo una depresión a la izquierda, entre el arbolado. Otro giro a la derecha y el terreno es otra vez llano.
0:20 - Bifurcación. Seguimos rectos, por la izquierda. Dos minutos después tenemos un brusco descenso de unos metros.

Otra zona donde el terreno se deprime algo hacia la izquierda.
Aquí la senda desaparece y descendemos entre los árboles, por lo más fácil, a la parte baja de esta depresión. Por lo más bajo (no es mucha la diferencia de desnivel), nos abrimos paso y cambiamos la dirección al norte. En caso de duda nos desplazamos ligeramente hacia el este. Así circulamos unos cien metros hasta que de nuevo se define una senda que se cruza ante nosotros. La tomamos en dirección norte a la izquierda.

Otra senda transversal. A la izquierda.
Dos minutos después (90 metros más adelante) un camino viene de la izquierda. Seguimos de frente.
Después otra senda se incorpora por la derecha y seguimos adelante.

Un camino algo más ancho llega al nuestro por la derecha. Ambos confluyen junto a un ejemplar bastante alto de haya «reproductora».
Abandonamos el nuestro y girando casi 180º tomamos el otro. Marchamos ahora en dirección sureste.
En pocos metros encontramos un tronco cruzado en el camino. Seguimos adelante.
En cinco minutos el camino se difumina y desaparece entre el arbolado. Tomamos dirección este entre los arbolillos. Por lo más fácil ascendemos un poco...

Alambrada. Paraje de Antsurraga.
Delimita el comunal. Estamos en el borde de la sierra, y debajo, entre los árboles, entrevemos las localidades de Baquedano, Gollano, Artaza... además de las cimas de Krezmendi, Larraiza y el corte rocoso del balcón de Pilatos.
Bajo nosotros discurre el puerto de Urbasa por la carretera NA-7182 en su ascensión desde Zudaire.
Algunos salientes rocosos hacen de proas sobre el valle. Sin embargo la alambrada, recientemente restaurada, no presenta pasos cómodos para cruzar al otro lado. Seguimos la senda que va junto a ella hacia la izquierda, en dirección norte.

Como suele ser práctica habitual de los instaladores de alambradas (nefasta práctica en nuestra opinión), el arranque del camino de vuelta está señalizado por un montón informe de alambres oxidados que, a 3 metros a la izquierda de la nueva alambrada, ha sido abandonado a su suerte.
Hoy nos sirve de señalización para ver dónde arranca la senda entre el arbolado que, apartándose del borde, marcha hacia el noroeste, de nuevo por el bosque.
La senda cambia de dirección varias veces, pero a medida que avanza y se le van uniendo otras sendas va tomando mayor anchura y se asienta mejor.

Un camino que viene por la izquierda, al cual nos incorporamos, es el que hemos abandonado antes (junto al haya «reproductora»). A partir de aquí la anchura es considerable. El suelo, alfombrado de hojas y herboso, es de agradable piso.
Cinco minutos después se incorpora otro camino fuertemente erosionado. Mantenemos la dirección noroeste.

El bosque deja paso al raso y vemos al fondo los tejados de las bordas del inicio.
En pocos metros nos incorporamos a la pista y algo más allá está la puerta de hierro.

Cruzamos la alambrada y nos acercamos a la carretera, junto a las bordas.
Fin de trayecto.