Monasterio de Urdax
A la izquierda del edificio sale un carretil que marcha hacia el barrio de Iribere. En muy pocos metros hemos de cruzar por un puente el río Ugarana, que pasa por detrás del monasterio.
Nada más cruzar el río tomamos el desvío cementado a la derecha, que coincide con el Camino de Santiago en su arranque hacia el puerto de Otsondo.
Cruzamos un paso canadiense. Llevamos el río a la derecha.

A la izquierda, entre el arbolado, tenemos «Kisulabe», una calera** que fue restaurada hace pocos años. Mantiene todos sus elementos en buen estado aunque la vegetación ha invadido sus muros.
En pocos metros pasamos puente sobre la regata de Ikatzate, que desagua aquí mismo al río Ugarana.


** La obtención de cal viva (óxido de calcio) a partir de rocas calizas ha sido históricamente de gran importancia en muchos pueblos agricultores, especialmente en aquellos cuyo clima abunda en precipitaciones (sobre todo si éstas superan a la evaporación). Esto provoca el «lavado del suelo». El agua arrastra las sales hacia niveles más profundos y la capa superficial se acidifica, lo que da lugar a una pérdida importante de fertilidad. Para recuperar el equilibrio se añaden al suelo importantes cantidades de cal, que resta acidez y acerca el pH del suelo a su estado natural. Por supuesto sin olvidar otros usos de la cal, como han sido la limpieza y pintado de recintos que antiguamente se construían con adobes y barro..

Bifurcación
La cinta cementada sigue por la izquierda.
De la derecha sale un camino ancho de tierra junto a unas edificaciones y sigue a la orilla del río. Nos vamos por ahí.
Caminamos por galería arbolada. Plátanos de sombra crecen a la orilla. Al otro lado vemos el nuevo frontón cubierto, recién construido, que sustituye al que hay junto al monasterio (que va a ser derruído para mejorar la plaza).
0:08 - Empezamos a ganar altura sobre el río. Un minuto después salimos a terreno abierto y vemos a la derecha el monte Azkar. Seguimos ascendiendo.
0:13 - Dejamos de subir por un momento. Unos metros de suave descenso.

Otra vez en zona despejada.
Buena vista sobre Urdax, que queda a nuestra espalda, en medio del valle del Ugarana.
Dos minutos después...

Hay que poner atención.
En medio de la cuesta está el desvío a la izquierda por camino secundario que, perpendicular, comienza a subir.
En el suelo, en el centro del camino, hay una marca que avisa del desvío, y en el roble solitario que hay en la intersección aparece otra marca.
Subimos por un helechal en el que crecen los árboles aislados. Bajo los helechos asoma también el brezo. La pendiente es más acusada.

La senda que hemos tomado enlaza con otro camino más alto que ahora tomamos a la derecha para recuperar la dirección anterior.
El fuerte repecho deja paso a una cuesta más suave. Otra vez nos metemos entre arbolado. Ahora aparecen los castaños y los robles americanos.
Llevamos alambrada a la derecha. Vuelven a aparecer tramos de helechos y brezos.

En la ladera tenemos un hermoso castañar.
Nuestra senda se une a otro camino que baja de la izquierda (ver imagen). Mantenemos la dirección. Disminuye la pendiente.
El castaño deja su sitio poco más adelante al roble. Éste a su vez se mezcla con pinos, más adelante con alerces... Una senda baja a la derecha pero no la tenemos en cuenta.

El camino se hace muy llevadero, ancho, rodeando la ladera en llano.

El sendero se bifurca.
A la izquierda sube el principal. Nosotros nos vamos en suave descenso por la derecha.

A escasos metros del cruce anterior tenemos este curioso fenómeno:
En el tronco hueco de un longevo roble ha crecido (suponemos que con sus dificultades), un acebo que ha logrado sobrevivir hasta asomar por un agujero en la horquilla y ha desarrollado su ramificación compartiendo el espacio con el otro árbol.
Las ramas y las hojas de ambas especies se entrecruzan de tal forma que parece como si se tratara de un extraño injerto.

Salimos a helechal más extenso. El camino sube con suavidad en dirección oeste. Tenemos un excelente panorama alrededor.

Alcanzamos un paraje a modo de collado. Hay un camino que llega del oeste.
Hay que cambiar radicalmente de dirección.
En la ladera que baja hacia el sur, si nos acercamos unos metros por el helechal, veremos debajo una de las bordas más bonitas del camino: Elorgako Borda (imagen de portada). Es de construcción tradicional en la zona. Mantiene alrededor el entorno habitual de la vida rural de aquí.
Ahora el camino se orienta hacia el este y casi en llano va a buscar el paso entre los parajes de Otsondoko Aldea y Otsondottiki, ambos cubiertos de arbolado.

Bajo unos robles encontramos una chabola en ruinas.
A pocos metros se incorpora un camino que desciende desde la izquierda.

Dos caminos consecutivos llegan desde la izquierda en un paraje donde crecen los alerces.
Tomaremos, cambiando de dirección, el segundo. Es el Camino de Santiago de Baztan que sube desde Urdax hacia Otsondo (y que hemos abandonado justo al iniciar el recorrido).
Ahora, en dirección norte, iniciamos el regreso.

A la izquierda del camino queda, un poco en alto, un búnker militar defensivo de los años 40 en perfectas condiciones. Se puede visitar para ver la estructura con la que se construyeron.
Se levanta sobre la regata Otsondozelaiko erreka.

En una curva del camino llegamos al punto más alto del itinerario.
Bello paisaje hacia el norte.
A partir de aquí se inicia un descenso que nos llevará de nuevo hasta el punto inicial.

Bifurcación. Por la izquierda, en ligero ascenso. En pocos metros el terreno se hace llano, avanzando entre helechos, ollagas y espinos a ambos lados del camino herboso.
Al final de la primavera proliferan por todas partes las dedaleras. Los robles, sueltos, crecen en el helechal.

A la izquierda se va un ramal que no consideramos. Empezamos a descender.
Debajo, al norte, se divisan las onduladas tierras galas, con una miriada de caseríos.

Entre robles americanos, del país, y algunos castaños, llega de la izquierda otro camino en descenso que se entrelaza con el nuestro.
Enfrente, durante unos metros, hay una senda estrecha que mantiene la dirección que traíamos, mientras el camino ancho rodea ésta por la derecha. Podemos tomar indistintamente cualquiera de los dos pasos (casi paralelos). Cuando se vuelven a juntar algunos metros más abajo, seguimos manteniendo la dirección norte, ignorando el camino que se sumerge a la izquierda en el bosque.
El descenso se acentúa. Ignoramos algunas sendas y mantenemos la principal.
1:52 - Durante un breve tramo caminamos bajo robles americanos. Al volver al helechal la senda se escora ligeramente a la derecha para definirse de nuevo claramente.

La cima de Azkar destaca al oeste, cercana.

El camino gira 90º a la derecha. Desde la izquierda llegan dos sendas, algo más altas. En caso de hacer el recorrido al revés hay que tener en cuenta este punto para evitar despistes.
Hay varias curvas cerradas.
Algo más adelante vemos debajo la pista por la que sube hacia Otsondo el Camino de Santiago.

Ladera desarbolada, cubierta por helechos, donde el camino, girando y perdiendo altura, se lanza rápidamente hacia una caseta-registro de agua que hay debajo.
De hecho es posible atajar la curva por una inclinada senda.

Nos unimos a la pista junto a la caseta. Justo aquí se inicia una cinta de hormigón.
Al lado se ha instalado una baliza del SL. Seguiremos por la pista hasta el final.
Dos minutos después encontramos el depósito de aguas de Urdax.
El descenso es intenso.

A la derecha del camino, desviándonos por unos metros de senda, junto a la regata de Ikatzatea tenemos la fuente de los frailes «Frailen iturria». Hay una placa de señalización en el desvío tallada en piedra por el escultor del pueblo Genaro Fagoaga.
Otra placa del mismo autor (que ha tallado numerosos detalles que embellecen el Camino de Santiago en la zona), indica «Santiago 763 km».
La fuente es un premio añadido para el caminante que recorre este itinerario. Su ubicación y la regata que corre a sus pies hacen del lugar un bello remanso para descansar de lo andado.
Tres minutos después llegamos a la bifurcación que hemos encontrado al principio del recorrido.
Pasamos enseguida junto a la calera y...

Cruzando el paso canadiense giramos a la izquierda para cruzar el puente sobre el Ugarana. Así desembocamos en la plaza del monasterio.
Fin del recorrido.