Se trata de una agradable ruta circular de marcha nórdica entre campos de olivos y cereal que parte desde el punto de información de la localidad de Ayesa.

El Centro Nordic Walking de Santa Ágata está formado por los pueblos de Ayesa, Moriones y Ezprogui. Estos dos últimos, junto con los lugares despoblados de Gardalian, Guetadar, Julio, Loya, Arteta, Sabaiza, Irangoiti y Usunbelz, conforman un precioso entorno natural denominado La Bizkaia. Las rutas parten de la localidad de Ayesa,destacan, las viviendas de sillarejo y la Iglesia gótico-barroca de San Andrés, además de las ruinas de la Ermita de Santa Marina, cuya pared norte pudo pertenecer al antiguo castillo de la localidad

Lerga, Eslava y Ayesa son las tres poblaciones que dan forma a un territorio de colinas y ensenadas abruptas, repletas de campos y viñedos. Su tradición vinícola es conocida de sobra, albergando algunas de las bodegas referentes de la baja montaña de Navarra. Sus iglesias y ermitas medievales gobiernan el paisaje de sus pueblos.

Para conocer y descubrir el corazón de este territorio, es fundamental adentrarse en las tierras y caminos gobernados por ermitas milenarias, como el Cerro de Santa Ágata. Estas tierras fueron en el pasado un centro de actividad tanto comercial como social, y albergan bajo las ruinas del yacimiento de Santa Criz un patrimonio milenario y cultural que aún pervive entre sus gentes.

Se trata de una agradable ruta circular de marcha nórdica entre campos de olivos y cereal que parte desde el punto de información de la localidad de Ayesa.

El Centro Nordic Walking de Santa Ágata está formado por los pueblos de Ayesa, Moriones y Ezprogui. Estos dos últimos, junto con los lugares despoblados de Gardalian, Guetadar, Julio, Loya, Arteta, Sabaiza, Irangoiti y Usunbelz, conforman un precioso entorno natural denominado La Bizkaia. Las rutas parten de la localidad de Ayesa,destacan, las viviendas de sillarejo y la Iglesia gótico-barroca de San Andrés, además de las ruinas de la Ermita de Santa Marina, cuya pared norte pudo pertenecer al antiguo castillo de la localidad

Lerga, Eslava y Ayesa son las tres poblaciones que dan forma a un territorio de colinas y ensenadas abruptas, repletas de campos y viñedos. Su tradición vinícola es conocida de sobra, albergando algunas de las bodegas referentes de la baja montaña de Navarra. Sus iglesias y ermitas medievales gobiernan el paisaje de sus pueblos.

Para conocer y descubrir el corazón de este territorio, es fundamental adentrarse en las tierras y caminos gobernados por ermitas milenarias, como el Cerro de Santa Ágata. Estas tierras fueron en el pasado un centro de actividad tanto comercial como social, y albergan bajo las ruinas del yacimiento de Santa Criz un patrimonio milenario y cultural que aún pervive entre sus gentes.