Abetos y hayas.
El
abeto prefiere los pies húmedos y la cabeza seca (bien iluminada).
Al
haya le ocurre justo al revés, los pies secos y la cabeza húmeda.
Esto se dice de estos dos grandes gigantes de nuestros bosques más evolucionados. Pudiera parecer que ambos serían incompatibles. Y sin embargo nada más lejos de la realidad. La coexistencia de ambas especies es el signo natural del bosque más respetado, menos alterado por las manos humanas en lo más recóndito de las masas boscosas del Pirineo.
Durante siglos los hermosos troncos del abeto han sido cortados y aprovechados para mástiles de los barcos, para grandes obras públicas, para consumirlo en gran cantidad como combustible. Las almadías descendían llevando su madera por nuestros ríos hacia otras latitudes.
El haya terminaba por adueñarse de estas zonas donde la tala selectiva hacía desaparecer al acompañante. A veces el
pino silvestre sustituía su presencia. Sin embargo hoy día ha sido reconocido el equilibrio que esta asociación de haya y abeto representa, y de nuevo se respeta su presencia y se reconoce su gran protagonismo en el ecosistema boscoso.
En Irati, nuestro bosque más importante, se mantiene en muchas zonas. Y especialmente en la
Reserva Integral de Lizardoia.
Este itinerario rodea la zona. Hay que tener en cuenta que una Reserva Integral es un paraje en el que se pretende que no intervenga en absoluto la acción humana. Y por lo tanto no está autorizado internarse en la misma. El monte de
Lizardoia está protegido hasta ese punto, y por lo tanto no visitaremos más que sus alrededores. No obstante a lo largo de nuestra excursión podremos admirar de lejos las laderas cubiertas de majestuosos ejemplares que mantienen su airoso porte. Pero también alrededor de los parajes por los que nos movemos veremos ambas especies crecer en las laderas.
En las fechas en que hemos recorrido la zona destacaban los altos conos oscuros de los abetos sobre los troncos del hayedo teñido de colores otoñales.
Para llegar a la zona, desde Otsagi/Ochagavía tomaremos la carretera que tras ascender las laderas de Abodi alcanza el Paso Tapla (con una hermosa visión de los dosmiles cercanos del Pirineo) y baja después hasta el paraje de las Casas de Irati, en el corazón del bosque.
El recorrido remonta el río Urbeltza y, por detrás del monte de La Cuestión, cerca de la frontera con Francia, supera un collado para descender después por la regata de Contrasario hasta la cola norte del embalse de Irabia. Después recorremos la pista que bordea dicho embalse y terminamos acercándonos de nuevo hasta el punto de partida. De esta forma damos una vuelta completa alrededor del monte de La Cuestión.