Vieja fortaleza medieval, defendida por una alta torre almenada y rodeada por muros aspillerados. Perteneció primitivamente al linaje de los Abarca convirtiéndose en marquesado en 1539, reinando Carlos V. Poco a poco se fue convirtiendo en palacio residencial, si bien ya en 1580 el edificio presentaba señales de deterioro. A principios del s. XIX se mantenían aún en pie parte de los muros de la villa y las dos puertas que permitían el acceso al recinto.
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