En uno de los frentes de la plaza de la duquesa de Goyeneche de Irurita se alza el Palacio Gastón de Iriarte. Esta familia, originaria de la casa Iriartea de Errazu, conoció en el siglo XVIII una época de gran prosperidad. Uno de sus principales representantes del momento fue Miguel José Gastón, importante hombre de negocios cuya fortuna se había amasado en buena medida en tierras americanas. Fue accionista de la Compañía Guipuzcoana de Caracas y administrador de la testamentaría de don Juan de Goyeneche. Al morir en 1761 dejó una considerable fortuna merced a la cual pudo edificarse el palacio de Irurita. Este ejemplar, típico de los palacios torreados dieciochescos, de gran prestancia y sobriedad se adecúa a unas características tipológicas presentes también en otros edificios del Baztán, como el palacio Iriartea de Errazu (conocido también como la Aduana) y el palacio Reparacea de Oyeregui. Fuera de esta zona es posible asimismo localizar algún ejemplar de similar estructura, tal es el caso del palacio de Subiza, localidad del valle de Galar. Su fachada, de muros enlucidos con cadenas de sillar rojizo en las esquinas desarrolla un cuerpo central algo retranqueado y de menor altura respecto a las dos esbeltas torres laterales que lo flanquean. En el paramento central se suceden en altura tres cuerpos, el inferior con una portada de medio punto enmarcada por columnas de severo orden toscano; en los restantes cuerpos se abren vanos de arcos rebajados con balconadas corridas que descansan sobre ménsulas pétreas de carácter decorativo. Un tratamiento especial recibió la ventana del segundo cuerpo, de medio punto e inscrita entre pilastras cajeadas. En el tercer nivel se localiza un escudo rococó entre rocallas, con yelmo por timbre, campo con el jaquelado característico del Baztán, y en la bordura cuatro aspas distribuidas simétricamente. Se conserva asimismo un victor conmemorativo de un ilustre marino de la familia, don Miguel José Gastón de Iriarte y Elizacoechea, que alcanzó el cargo de teniente general de la Armada. En la inscripción muy deteriorada, puede leerse: ANO DE 1779. Las alas laterales, a modo de torres, presentan una división distinta de cuatro cuerpos articulados por impostas molduradas, con un balcón de arco rebajado de tamaño decreciente conforme se asciende en altura. Recorre el perímetro del edificio una cornisa de elegante molduraje que le confiere cierta unidad.
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