Legarda.
Desde la parte baja del pueblo (en dirección oeste), sale una pista que marcha más o menos paralela a la vieja carretera general.
Es, entre las diferentes opciones posibles, la que sigue, recta, en la misma dirección que la calle descendente (C/. Santa Águeda).
Pronto se acaba el suelo de hormigón. Llevamos una hilera de chopos a la derecha.

Tras dejar atrás, a la derecha, una fuente y una pequeña regata, tomamos hacia ese lado en una bifurcación.
Nos acercamos hacia la carretera.

Cruzamos la antigua general para subir a un puente que salva la autovía.
Al otro lado…

Al final del puente tomamos la pista que sale hacia la derecha.
Ganamos altura por una ladera de suave inclinación.

Nada más superar un corte con taludes algo elevados a ambos lados, encontramos una bifurcación.
A la derecha.
Pronto el suelo de la pista se vuelve herboso.

Un camino desciende desde la derecha.
A escasos metros el nuestro se desvía a la izquierda, gira 180º en lo que parece un cultivo (el día que pasamos todo el terreno estaba anegado por la repetición de fuertes lluvias), y sube por la ladera del otro lado del barranco.
En mitad de la cuesta hay otro camino que se va a la derecha. Mantenemos el nuestro, rectos.

La depresión del barranco que hemos rodeado está ocupada por campos de cultivo.
Estos días lluviosos, el agua ha formado un pequeño arroyo.
Nuevo giro. El camino, al llegar al eje de la loma pasa al otro lado, saliendo del pequeño barranco.
Pronto encontramos otra bifurcación. Por la principal (ramal izquierdo), sin subir.

Confluencia con otra pista.
Giraremos a la derecha, en ligera subida. Pinos, y algo de carrasca, se mezclan en el bosque con abundante boj.
El giro orienta el sentido de nuestra marcha hacia el norte, después de que en el tramo anterior hayamos descrito una amplia curva que nos orientaba hacia el suroeste.
Cuatro minutos después otro camino se incorpora por la izquierda. Mantenemos el nuestro.
La ladera ha sido reforestada con pino laricio, pero abundan otras especies arbóreas. Hay pequeñas manchas de quejigo, y más arriba encontraremos abundancia de carrascas y algún roble. Las plantas mediterraneas ocupan el sotobosque.

Un camino herboso se va a la izquierda.
Mantenemos la dirección, en la pista principal.

Alcanzamos un rellano.
A la derecha se despeja la vista. Buena panorámica que alcanza hasta la peña de Unzué. La sierra de Alaiz muestra hacia este lado las enormes heridas que en los últimos años han provocado y ensanchado las canteras.
A nuestros pies Valdizarbe.
Dos minutos más tarde se incorpora, desde la izquierda, otro camino herboso.

En la alambrada de la derecha hay un par de postes-estacas. Entre ellos se abre un camino perpendicular que desciende con claridad ladera abajo. Por aquí iniciamos el regreso.
El descenso es una travesía por una bonita loma que discurre paralela al lomo superior de la sierra del Perdón. Apreciamos los aerogeneradores, relativamente cercanos, y una sucesión de palomeras semi-camufladas.
Al rato entramos en un bosquete de carrascas.

Bifurcación.
Cualquiera de los dos ramales es bueno. Más abajo se vuelven a unir en un solo camino.
En nuestro caso hemos tomado por la izquierda. También llega por este lado otro sendero que se une al nuestro.

Después del descenso, relativamente recto, topamos con otro camino que cruza delante de nosotros.
A la izquierda.
Dos minutos después pasamos un cruce. Seguimos recto.

Giramos a la derecha.
Un camino herboso se va por la izquierda.
El pueblo queda cercano.

Puente para pasar la autovía. Igual que a la ida, ahora volvemos a cruzar por encima del vial.
Más allá la pista se convierte en carretil de asfalto deteriorado. Nos aproximamos al pueblo.

El carretil llega hasta la entrada de la localidad.
Hemos de cruzar la antigua carretera general junto a las casas de Legarda.
Para terminar el recorrido circular atravesaremos la calle principal y descenderemos por la calle Santa Águeda hasta el otro lado del pueblo.

Otra vez en la parte baja, junto a un parque infantil.
Aquí finalizamos el recorrido.