"Bidarrai - Sumutsua"

Dado que esta ruta es complementaria de la anterior (nos hemos acercado a Bidarrai para pernoctar y ahora volvemos hasta Sumutsua), obviaremos la descripción detallada del recorrido por el carretil. Haremos un pequeño resumen.

Saliendo de la iglesia de Bidarrai, y dejando ésta a nuestra derecha tomaremos la calle que pronto sale en fuerte descenso para ponerse a la altura del ferrocarril y del río. Ya en llano giraremos a la izquierda y sin tener en cuenta la salida hacia la carretera general llegaremos a un puente con barandillas en arco (foto).

Pasando al otro lado el carretil gira a la izquierda y sigue en llano, entre chalets, cerca del río. Seguiremos así para alcanzar un puente con pretiles de piedra con curva a a la derecha, tras la que comenzamos a ascender. Así vamos tomando altura con numerosas curvas y entrando en bosquetes de castaños. En caso de duda en los cruces, tomaremos el de la derecha (esto sucede dos veces en los últimos kms.). Después de unos cuatro kilómetros...

Fortísimo descenso que se inicia repentinamente.

En curva cerrada queda una borda. Podemos admirar bajo nosotros el paisaje de Aritzakun y a la derecha la peña de Itxusi, con su rincón declarado Reserva Natural. En el mismo nidifica una numerosa colonia de buitre leonado, además de otras especies rapaces.

Descendemos hasta el final del asfalto. Atravesamos la muga sin ninguna señal que lo indique.

"Sumutsua - Itzulegi (por Aritzakun)"

Puente de Sumutsua a la derecha del carretil.

Salvamos la regata por el mismo para iniciar el camino por la pista, junto a la borda del mismo nombre.

Al fondo la cima de Lizartzu.

Avellanos, fresnos y alisos son las especies más abundantes de las muchas que tapizan la regata en su parte baja.

Las alisedas se extienden, en el paraje de Irubetakaskoa, al otro lado, en la ladera, constituyendo una Reserva Natural de la que hablamos en la introducción de esta ruta.

Enfrente, en lo alto, a la derecha, tenemos también la Reserva Natural de las peñas de Itxusi.

Atravesamos la regata por Berekoetxeko Zubia, puente amplio con piso de cemento.

El camino sigue en suave ascensión.

Cruce.

Una pista baja de la derecha. También un camino herboso se va en descenso hacia un cercado a la izquierda.

Seguimos la pista a la izquierda, en ascenso. Un hermoso fresno queda al margen del camino.

Siete minutos después una pista cementada desciende a otra borda a la izquierda. Seguimos la principal en ascenso. Dos minutos después se incorpora otra, también cementada, por la derecha.

Poco después cruzamos una regata (Espategiko erreka) entre robles. Varios saltos de agua embellecen el rincón.

Cruce. A la derecha se marcha una pista con una señal que indica a Lezetako borda y Burkaitzeko borda (que dan servicio de restaurante).

Seguimos adelante por la principal. Descenso suave.

Diez minutos después dejamos a la derecha un puente por el que sale desvío junto a una alambrada. Seguimos rectos.

Molino de Aritzakun al otro lado de la regata. Conservado, decía Pérez de Villarreal, por D. José María Santesteban «el ingeniero», y su hijo, de Maribeltzeneko borda.

Junto al mismo está la presa y el resto de la instalación donde preparaba pienso para los animales y tenía su propio generador eléctrico que les daba luz y energía, incluso para el funcionamiento de una sierra.

Hasta no hace mucho, cuando la pista hoy existente no facilitaba la comunicación rodada servía a toda la regata.

El paisaje se despeja. Al fondo se ven, a la izquierda, las antenas que coronan Gorramendi. Los prados forman un puzzle de tapias y alambradas.

Casa Iturraldea.

Bonita edificación primorosamente cuidada. Rodeada de tapia.

En la pared sigue la baldosa con su leyenda «Provincia de Navarra. Partido judicial de Pamplona. Valle de Baztan. Lugar de Arizacun».

Sobre la regata queda, como resto del puente Zelaiko Zubia, un grueso tronco sobre el cauce, que puede utilizarse para superarlo. De lo contrario se puede vadear (en periodos normales), por las piedras sobre el fondo.

El camino del otro lado nos acercará a la escuela del valle. De no poder cruzar por aquí podríamos hacerlo algo más arriba, por donde después describiremos.

Robles y castaños en los márgenes del camino. Pronto superamos un viejo caserío.

Escuela de Aritzakun.

Al llegar al pequeño conjunto de edificios llama la atención en primer lugar la calera a la derecha, en perfecto estado. Más allá, a la izquierda, está el frontón y los antiguos edificios donde se impartía clase y donde la maestra preparaba y daba la comida a los escolares que acudían de los diseminados caseríos de la regata.

Cuenta Pérez de Villarreal que la escuela se inauguró en 1946, junto a la borda de Zelaia. Ignacio Iriarte (músico y bertsolari) puso la parte artística, e Ignacio Irigoien (pelotari de allí mismo), la deportiva.

Ahora todo está primorosamente conservado por el club montañero de Baztan.

El frontón mantiene en lo alto la fecha de 1895 sobre el escudo baztanés.

Alrededor un césped bien cortado y una hilera de bancos de tabla que separan la zona del camino. Sobre la regata una zona muy bien arreglada donde es posible hacer un alto para almorzar.

Se sale cuesta arriba, sin necesidad de volver, con la regata a la izquierda. Enseguida (cinco minutos) cruzamos puente estrecho de cemento, con pretiles.

Pronto enlazamos con el camino principal, el que seguíamos antes de desviarnos. Así torcemos a la derecha.

Pasamos por el paraje de Minetako Zokoa, cerca de la borda Arrosenea, junto a grandes montones de piedras (a la izquierda del camino). Muchas leyendas hablan de que son restos de la antigua mina aurífera que explotaron los romanos. Sin llegar a tal afirmación, Pérez de Villarreal cuenta numerosas historias relacionadas con este tema.

El camino se empina y empieza a trazar curvas que están protegidas por suelo cementado para minimizar la erosión.

En la primera curva tenemos al lado del camino una parcela donde se ha repoblado el terreno con castaños.

Llega por la izquierda enseguida una pista que se une a la nuestra.

Nos vamos elevando de forma que el valle queda bajo nosotros. Al fondo se ven las instalaciones de radar colocadas en la zona por Francia.

El arbolado y el helechal con argomas cubren las laderas sobre la regata.

De vez en cuando vemos algunos abedules (Betula pubescens) prosperando en las pendientes entre los helechos. Poco más adelante dejamos un caserío a la derecha.

Nueve minutos después descendemos momentáneamente un tramo mientras sobre nosotros llevamos un tendido eléctrico.

El hayedo se hace dueño del bosque poco antes de alcanzar el collado.

Tras varias curvas cerradas salimos a terreno despejado y nos encontramos la carretera que de Otsondo va a Gorramendi en el collado de Itzulegi.

Amplia extensión despejada con excelente vista hacia ambas vertientes. Aquí enlazamos con el itinerario de la jornada anterior.

Si lo necesitas puedes seguir la descripción del descenso.

El collado de Itzulegi fue ocupado por una base del ejército americano que colocó sus instalaciones de radares y comunicaciones en la cima de Gorramendi.

Cuando abandonaron el lugar destruyeron todas las construcciones y dejaron el monte sembrado de escombros y ruinas. Todavía quedan restos en este collado.

Entre otras cosas tal destrucción pudo afectar a numerosos restos megalíticos perdidos para siempre.

"Itzulegi - Amaiur"

Al otro lado de la carretera, unos metros a la izquierda enfrente de donde sube nuestra pista, se inicia el descenso por camino ancho y claro, entre helechos y algún haya suelta.

Más abajo entramos en manchas de hayedo más abundante.

Nos desviamos por la derecha por camino de piso herboso. Abandonamos así el camino de Bozate, que sigue de frente, sin descender tanto.

Cruce de caminos muy claro. Uno se va por lo más alto entre helechos. Otro por la derecha junto a alambrada.

Hemos de mirar unos metros antes. Un camino menos patente sale en perpendicular a la izquierda, con suelo herboso, quizás con algo de vegetación creciendo en el mismo, y desciende decidido a media ladera para recorrer ésta entre los helechales que la cubren.

A la izquierda queda una profunda regata que nos separa del camino de Bozate (queda ahora bastante más alto que el nuestro), marcado por los árboles que le acompañan. Abajo, al fondo, vemos la localidad de Arizkun.

El descenso es rápido, y en siete minutos entramos bajo unos castaños.

Seis minutos despues vemos Amaiur, en una curva, bajo nosotros.

Descendemos hasta una pequeña mancha de robledal, al fondo de la cual, tras una alambrada, hay una borda. Por delante de la alambrada, pegada a la misma, pasa una senda. Hacia la izquierda se va para Bozate. Hacia la derecha marchamos a Amaiur.

El camino cruza una regata en una curva cerrada y sigue descendiendo, llega a dar la espalda a Amaiur, sube un poco y tuerce de nuevo a la izquierda. Se mete entre árboles en llano y comienza de nuevo a descender cruzando otro pequeño arroyo.

Encontramos camino que sube de la izquierda y se va frente a nosotros entre dos alambradas. A la derecha queda una puerta de barras metálicas que da entrada a un prado.

Giramos a la izquierda y seguimos descendiendo fuertemente.

El suelo irregular, de piedras sueltas, nos lleva rápidamente hasta la localidad de Amaiur.

El camino desemboca en calle asfaltada junto a las primeras casas de Amaiur.

Torcemos a la derecha y en pocos metros desembocamos en la calle principal, frente al palacio Borda.

Aquí tomamos a la izquierda para llegar algo más abajo, en el centro del pueblo, a la plaza donde se sitúa la posada y albergue de peregrinos de Amaiur (que fue el punto de origen de nuestro viaje en la jornada anterior).