Paseo por la zona norte de los términos municipales de Urdiain e Iturmendi, por varios tramos del GR-323 o Calzada de Bernoa. Recorremos unos 10 km de los 64 balizados con los que cuenta este Sendero de Gran Recorrido. En Sakana se le conoce también como la Ruta de los arrieros o trajineros, personajes que se dedicaban a llevar mercancías entre la meseta y la costa. Se trata de un conjunto de caminos de herradura empedrados, que recorrían los montes de la zona, conocidas desde la Edad Media y que tuvieron su apogeo en el S. XVII. Los arrieros de Burunda, Aranatz, Ergoiena y Arakil, eran quienes se encargaban de su mantenimiento.
Prácticamente todo este recorrido que proponemos transcurre por bosque de frondosas, básicamente robles y hayas. Solamente veremos dos pequeñas plantaciones diferentes, una de alerces y otra de pinos, durante todo el paseo. En las zonas mas bajas destacan los robles, muchos de ellos de grandes dimensiones, pero en cuanto ganamos un poco de altura, las hayas, de todos los tamaños y formas, cubren todo el terreno. Estos bosques están limpios y cuidados, aunque en algunos tramos se aprecian signos evidentes del aprovechamiento maderero. Bajo los robles y las hayas podemos encontrar, además de pequeños arroyos y fuentes, acebos, enebros, zarzas y sin duda, en el momento adecuado, gran variedad de setas y hongos. También en las cercanías del recorrido, sobretodo en su primera mitad, se pueden localizar varios dólmenes.
Si algo podemos destacar de este recorrido es la propia estructura del firme del camino, ya que muchos de los kilómetros que vamos a recorrer lo haremos por encima de un suelo empedrado. Su recuperación comenzó en el año 2015 y en ella se implicaron vecinos y vecinas de los pueblos de Burunda y Etxarri Aranatz, en auzolan. Gracias a su trabajo podemos ya disfrutar de cómo era esta calzada hace muchos años, cuando los arrieros y trajineros, con sus largas recuas de caballerías cargadas de mercancías, pasaban por estos lugares.
Y otro aspecto a tener en cuenta es que el recorrido está perfectamente señalizado con las marcas blanca y roja del GR y los tótems informativos, en ambas direcciones.
A lo largo del paseo nos encontraremos con dos paneles informativos que, en euskera y castellano, nos dan cuenta de todos estos pormenores, así como de lo acontecido en estos parajes en los siglos pasados.
Un paseo que se puede realizar en cualquier época del año: en verano por la sombra de los hayedos, en otoño por los colores y el atractivo de la micología, en primavera por la explosión de colores que van apareciendo en las distintas especies, e incluso en invierno por la luz que penetra en el bosque deshojado y la posibilidad de ver los valles y montes del entorno.
Para las personas que quieran alargar un poco más este paseo proponemos llegar hasta la cima de Intxusburu, ya en la muga con Gipuzkoa.