El paseo arranca desde los citados paneles informativos y en dirección Noroeste, dejando a nuestra espalda la carretera. Enseguida podremos ver a nuestra derecha la ermita de Arrako y un poco antes, en esa misma dirección, está el dolmen de Arrako. El camino transcurre entre arbustos y pinos de gran porte, llevando a nuestra izquierda una pequeña regata.

La propia orografía del camino nos obliga a cruzar a un lado y otro de la regata, hasta que ya tomamos una cuesta mas pronunciada entre helechos y bojes que nos va a ir introduciendo en el bosque de coníferas.

Un bosque donde predomina el pino rojo, que se entremezcla con algunas hayas y zonas de helechales. En todo momento el sendero está muy consolidado y es fácil seguirlo. También las marcas blanca y roja nos ayudan a ello.

A partir de este punto los pinos rojos van dejando espacio a las hayas, con ejemplares de grandes dimensiones y en algunos casos curiosas formas. Destacan también por su gran tamaño pequeños bosquetes de boj. Las señales nos permiten seguir el camino, porque en el otoño, la gran cantidad de hojas de haya caídas nos impiden en muchos tramos ver su trazado. Un último trecho transcurre de forma clara en una zona con mas pedruscos y en todo momento el sendero va ascendiendo de manera mas o menos exigente.

De nuevo tomamos dirección Noroeste y nos adentramos en otra espectacular zona de pino rojo y abajo, a la izquierda, podemos observar la regata de Beltza.

Medio kilómetro mas adelante el camino se introduce en otro hayedo tras cuyo largo ascenso y siguiendo la señalización pintada en los propios árboles, aparecemos en un prado, límite superior del bosque.

Llegamos a los postes de señalización de la GR 321.1, a partir de este punto se extienden los rasos de alta montaña. Apenas encontraremos ya señalización, salvo alguna marca amarilla que nos conduce hacia nuestro objetivo. Vamos dejando a nuestra izquierda un hayedo centenario y enfrente distinguimos el collado que separa Larrondoa y Lakartxela (a la derecha). Por sendas de ganado próximas a una pequeña regata, remontamos el desnivel y nos acercamos hasta el portillo.

Alcanzamos el Collado Lapatia que nos deja una interesante panorámica de los montes de Belagua. El collado une los valles de Belagua y Mintxate. Al Oeste, la cima de Otsogorrigaine. A la derecha suben las sendas que recorren las laderas de las tres cotas de Lakartxela. También llega de Mintxate hasta aquí una pista que muere en el mismo collado. A la izquierda tenemos una balsa artificial rodeada de alambrada.

Subimos por la izquierda de la balsa, primero junto a la alambrada y mas tarde pasando entre algunos ejemplares sueltos de pino negro, para ir remontando el sencillo, pero muy pendiente tramo que nos queda hasta la cima.

Cima de Larrondoa, herbosa, extensa y redondeada, con dos buzones, uno de ellos bastante deteriorado. Con extraordinaria vista sobre todo el entorno de Larra-Belagua, incluido el Rincón y la carretera. Vemos todas las cimas cercanas y muchas alejadas. Desde las Ateas de Belagua, pasando por Ezkaurre, Txamantxoia, los Alanos, Espelunga… todas las cimas de Larra, Lakora, la cercanía de Lakartxela.

Y al otro lado las cimas que hacen de cabecera de Mintxate (Barazea y Otsogorrigaine), y entre ellas asoma también el pico de Orhi.

Desde la cima volveremos sobre nuestros pasos hasta el collado Lapatia donde tenemos señalizadas dos opciones: coger la GR 321.1 en dirección Este hacia Arrakogoiti para enseguida tomar el enlace E.4, que mas adelante coincide con el SL-NA 80, a nuestro destino; o bien, volver por donde hemos hecho la subida.
Optamos por esta segunda opción y así poder disfrutar de nuevo de los diferentes bosques que hemos atravesado.

Para terminar, un poco antes de llegar a nuestro punto de partida, podremos visitar el dolmen de Arrako y la Ermita de Arrako. A la ermita se accede por el Camino indicado como SL-NA 80. Para llegar al dolmen no encontraremos ninguna señalización ya que está en una propiedad privada, vallada con alambre de espino, y muy cerca de la ermita.