Arlas es uno de los «dosmiles» navarros. El más sencillo en cuanto a su ascensión. Al menos en época veraniega, sin nieve. Cuando el hielo cubre sus laderas ya es otra cuestión. Exige un cierto respeto, pues la inclinación de las últimas pendientes es considerable.
Ya
publicó Txema Iriarte, en el año 2003, en las rutas para «Raquetas de Nieve», este itinerario planteado desde el collado donde se situa el famoso mojón fronterizo nº 262 (La Piedra de San Martín), llamado también Collado de Ernaz.
Planteamos en esta ruta la ascensión en verano desde la curva del Scalextric, una curiosa circunvolución de la carretera que pasa sobre sí misma para ganar altura en este caos que supone el paisaje de Larra. La experiencia es totalmente distinta. Ambas son dos ascensiones al mismo punto, pero dos ascensiones diferentes.
La Junta del Valle de Roncal, tras la modificación de las zonas periféricas de protección de esta Reserva Natural, mediante la
Ley Foral 33/2003, ha construido en el lugar un edificio de servicios para el esquí de fondo, ha asfaltado el círculo que forma esta curva, y ha allanado un conjunto de pistas que llegan hasta el paraje de La Contienda, justo debajo de la altiva silueta de Arlas.
Antes de estas actuaciones el acercamiento se realizaba por el mismo sitio, a través de sendas de ganado que culebreaban por mil vericuetos que la orografía del lugar obligaba a sortear. Ahora es posible llegar con mayor facilidad de movimientos, aunque la ascensión final es igual de interesante.
Nos acercamos así al collado de Pescamou y afrontamos la arista cimera que, muy empinada, permite encaramarse a la cima. Un precioso balcón natural que ofrece la grandiosidad de
Larra en todas las direcciones en las que miramos.
Para el regreso planteamos volver por la otra arista, pero en lugar de llegar hasta el collado de la Piedra de San Martín abandonamos los senderos y conectamos, a través de un descenso que permite ver la boca de varias simas, con el itinerario inicial.