La ruta que describimos es muy «rica».
Rica en belleza y variedad paisajística. Rica en recursos naturales visitados. Hermosa y variada en cuanto a la orografía y lugares por donde pasa, y también en cuanto a los asentamientos y aprovechamientos humanos por los que transita.
Se inicia el recorrido en un lugar singular de por sí: los restos de la
Fábrica de armas de
Orbaitzeta. Transcurre después por la hermosa ladera oeste de Mendilatz, con un bosque mixto de robledal y hayedo en explotación. Alcanzamos el collado de Azpegi, donde visitamos una estación prehistórica de primer orden. Después nos adentramos por la cara norte de Mendilatz y el paraje de Ursario, con una reserva natural propiciada por el crecimiento del hayedo sobre un suelo kárstico que hace imposible su explotación comercial y varios sumideros donde se pierden las aguas de los pastos de altura.
A continuación ascendemos por los rasos de Saiarri y Ezkanda para llegar a esta última cima. Tras admirar el bosque de Irati a nuestros pies nos lanzamos a un descenso vertiginoso para descansar en la singular cueva de Arpea (ella sola justificaría el recorrido), junto a la muga. Y después atravesamos herbosas e inclinadísimas laderas de los barrancos de Beherobie mediante cómodas sendas que nos permiten descender hasta nuestro punto de destino.
Con Txema Iriarte y Juan Diego Vives como guías, esta salida, organizada por el club montañero de San Adrián, nos permitió documentar una travesía recomendable para pasar todo un día en medio de una zona agreste y hermosa del norte de Irati.
Nota:El desnivel máximo reseñado de 876 metros se recorre en descenso. El ascenso es bastante más llevadero: 391 m.