Galdeano.
Al llegar procuraremos dejar el vehículo lo más arriba y a la derecha del pueblo posible.
Por lo más alto del mismo, al finalizar una calle, sale entre la posada y otra casa una pista.
También podemos seguir las marcas del PR que pasan por el pueblo, pues acceden al mismo recorrido.

A la derecha, después de dejar atrás unos árboles, nos metemos por una senda ancha, herbosa.

La senda asoma junto a una puerta de hierro con explotación ganadera a la izquierda.
A la derecha, con otra puerta de hierro delante, está el depósito de aguas al que llega también una pista de cemento desde el pueblo (según por dónde hayamos salido puede que lleguemos directamente a este punto).
Atravesada la puerta de hierro podemos seguir la alambrada a la derecha, según indican la baliza y las marcas del PR, pero también podemos subir unos metros para girar hacia este lado e ir paralelos (en función del estado del suelo, a veces enfangado).

Doble aska a la izquierda.
En el momento en que actualizamos la ruta está estropeada la boya que corta el agua, y ésta ha enfangado todo el terreno por el que hemos llegado hasta ella.
Un amplio camino sigue adelante.
0:19 - Una senda se va a la izquierda pero, sin tenerla en cuenta mantenemos la dirección.

Bifurcación. Por la derecha.
Enseguida salimos a una pista. A la derecha.
Hay una baliza del PR NA-141.
Pronto se nos une un camino desde la izquierda.

Alcanzamos una pista que sube por la derecha desde Artavia y continuamos de frente.

En un cruce, tenemos tres posibles rutas. Un cairn nos señala una senda, la que va por el centro, que a pesar de ser la más estrecha, es la que vamos a tomar. La senda está bien definida y limpia y nos sirve de cómodo atajo por el bosque. Es un atajo a la que va más a la izquierda, señalizada por la baliza del PR NA-185, que se dirige, ancha, hacia el sur para corregir la trayectoria y volver de nuevo hacia el norte y unirse con la senda descrita.
El bosque de carrascas y robles, con un cerrado sotobosque de boj , enebros , rosales silvestres , etc. Comienza a ser sustituído poco a poco por las hayas, que al principio de forma esporádica, y después ya muy numerosas, van adueñándose del terreno.
0:41 (2,50 km) - Otra vez asoma la senda a la pista y seguimos a la derecha ascendiendo.

El camino se vuelve pedregoso, con cascajo suelto. Se empina claramente.
Se dirige hacia las rocas puntiagudas que cierran el monte por el lado Norte en su parte alta.
Grandes monolitos rocosos flanquean el camino en un paisaje original y atrayente.
La pendiente es larga y conviene tomárselo con calma.
Desaparecen los robles y las hayas se hacen omnipresentes al tiempo que no exponemos a la influencia de las laderas norteñas de Lokiz.

El camino se encajona y va girando hacia el oeste.
Asciende ahora en zig-zag entre las rocas y va pasando por umbríos hayedos a medida que se orienta por la cara norte del monte.
Pasamos zonas de avellanos entre las hayas.
Entre los claros vamos entreviendo las Amescoas.

La senda pasa por un paso muy estrecho entre las rocas para alcanzar la otra vertiente.
El camino tuerce al final hacia la izquierda y va ascendiendo, pero mantiene un buen rato la componente oeste.
Una serie de cairns y las señales del PR nos van a guiar con seguridad.
Tres minutos después del paso tenemos una visión panorámica de las Amescoas. La vista se pierde hacia la zona de Álava, mientras vemos frente a nosotros el circo de Baquedano, donde nace el Urederra.
Un minuto después cruzamos un camino algo más ancho, pero, tras tomarlo hacia la derecha, lo abandonamos unos metros más adelante, por una senda señalizada con cairn, para seguir ascendiendo en dirección sur.

El camino se abre a un raso. Por la parte derecha del mismo alcanzamos, después de atravesarlo en ascenso, una charca circular con un registro-fuente de piedra.
Desde aquí podemos tomar hacia la izquierda o hacia la derecha, indistintamente, para buscar la senda que nos acerque a la inminente cima.

Si nos introducimos por la izquierda, tras atravesar los bojes, llegamos al hayedo, limpio pero muy empinado, que nos lleva hasta las inmediaciones de la cima. Desviándonos un poco a la derecha, cuando entrevemos el tejadillo de la ermita, llegaremos a la cima.

Si desde la charca nos introducimos en el hayedo por la derecha, siguiendo la senda entre bojes raquíticos, vamos rodeando la cima hasta alcanzar la parte que da al sur. Salimos de nuevo a un claro y finalmente nos introducimos de nuevo en el hayedo para ascender los últimos metros hacia la cima y la ermita cercana.
Nada más entrar en el bosque y ascender un poco intuímos la cima a la izquierda y la ermita a la derecha.

Cima de San Cosme o de Lokiz.
Dos buzones la señalan.
El más alto dice: «Lokiz Mendia - 1114 m. - Ari mendia saila ehari Araba - 1993-11-13». Está formado por un vástago cilíndrico de un metro de altura y receptáculo en forma de cilindro con tejadillo coronado por un lauburu inscrito en un círculo. Todo pintado de negro.
El más bajo dice: «C.M. Estella - Lokiz - 1114 m. - 11-2-1968»
Es de forma parecida al anterior, pero bastante más bajo.
En el suelo está incrustada una tablilla topográfica.
La cima no tiene visibilidad, pues el bosque la rodea por todas partes, dejando el sitio justo para apreciar dónde estamos.
Para reponer fuerzas es más agradable bajar en un minuto a la cercana ermita, situada más al este.

Ermita de San Cosme.
Muy sencilla. Tiene una zona de refugio adosada, aunque bastante sucia. Podemos pasar también al recinto de la ermita, pues no hay candado ni llave, sino un simple pestillo que cierra una puerta metálica.
Sencillo altar con unas velas y unas flores en su interior por todo mobiliario.
La ermita, aunque en alto, está sumergida en el hayedo, y sólo entre algunas ramas se puede ver algún retazo del valle que tenemos a los pies.
Tomamos ahora hacia el sur. Bajamos a la senda por la que hemos entrado y salimos del hayedo. Seguimos en dirección sur, procurando no alejarnos del borde de la sierra en exceso. Hay también cairns que nos van indicando la ruta.