Del centro del pueblo vamos hacia la salida oriental (dirección Zudaire), para acercarnos al camino que tomaremos hacia el alto de Arnotegi.
Antes de alcanzar la última casa encontramos una calle que arranca en ligero ascenso a la izquierda, casi cambiando de sentido nuestra marcha.
Setenta metros después giraremos 90º a la derecha para bordear en ascenso unas naves ganaderas y continuar por sendero estrecho, de piso herboso, que abandona el pueblo ladera arriba (en dirección nordeste).
Hay marcas verdiblancas, de SL.

Puerta de hierro.
Al otro lado encontramos mayor anchura en el camino.

Pocos metros más arriba de una baliza que indica «Aranarache 2,3 km» olvidaremos las marcas y tomaremos un sendero menos evidente que el principal para subir hacia la izquierda.
En los primeros metros puede resultar algo confuso, pero enseguida se afianza la traza.

El camino sigue ascendiendo, ahora sin confusión posible, por el robledal. Vamos elevándonos sobre el valle.

El haya va sustituyendo al roble a medida que ganamos altura.
Encontramos impresionantes ejemplares.

Después de cambiar de sentido encontramos pronto el acceso a la zona superior de la sierra por el portillo de Iarate.
Una puerta de hierro pintada en verde deja pasar la alambrada para internarnos en el Monte Limitaciones. Unas flechas blancas (como la que se aprecia en la imagen) tuercen de inmediato hacia la derecha y nos van a guiar sin problemas hasta la cima de Arnotegi y, posteriormente, hasta la ermita de San Lorenzo.
Es cuestión de seguirlas. Caminaremos siempre cerca del borde de la sierra.
La travesía es ondulada pero muy suave, constantemente entre las hayas.

Cima de Arnotegi.
También llamada Aranaratxe y Larraona.
Buena panorámica del valle a sus pies.
Está señalizada con el mojón de la imagen. Tiene labrada la L de Limitaciones por un lado y la A de Aranaratxe por el otro.
Ahora seguiremos, con un giro de 90º a la izquierda, descendiendo con suavidad hacia la ermita de San Lorenzo, levantada al lado del puerto que sube del pueblo.
Siguen las marcas de flechas blancas en los troncos.

Enseguida encontramos una señal de monumento megalítico.
El lugar es confuso. Vemos en la zona cómo sobresale una superficie rocosa. Imaginamos que el monumento está semitapado en el terreno del hayedo.
Continuamos descendiendo y siguiendo las marcas.

Ermita de San Lorenzo.
Está situada detrás de la alambrada que separa la sierra (Limitaciones) del término de Aranarache.
La puerta de hierro marca el puerto del mismo nombre. A la izquierda se interna hacia el norte el camino, de piso herboso pero ancho.
Podemos cruzar la puerta de hierro, si queremos hacer un receso para almorzar o tomar algo. En tornoo a la ermita hay bancos donde podemos acomodarnos. No obstante, después volveríamos de nuevo a este lado.
Seguiremos hacia el interior de la sierra, es decir, al norte por el camino.

Después de pasar una alambrada encontramos un camino que, de menor importancia que el que llevamos, sale casi paralelo por la izquierda.
Está medio oculto por la hojarasca. Lo seguimos y mantenemos la dirección aunque perdamos la traza, oculta bajo las hojas.
Conviene seguirlo con atención y no dejarse llevar ahora por marcas que indican la dirección del otro ramal.
Marchamos por hayedo limpio. Después de un buen rato encontraremos la traza más clara.
Si no la encontramos, siempre que mantengamos la dirección aproximada, nos desviemos un poco a la izquierda o a la derecha, vamos a encontrar la pista que se describe en el siguiente paso.

Pista transversal.
Resulta curioso el encuentro de los caminos. Una puerta de hierro, abierta, es lo que queda de una antigua alambrada que ya no existe.
Enfrente hay otra puerta idéntica, que cierra, en otra alambrada, el paso a la continuación del camino que traíamos.
No lo seguiremos. Giramos 90º a la izquierda y seguimos la pista (Brecha de Ramiro) en dirección oeste.

Salimos del hayedo a zona despejada. Hay árboles sueltos, pero predomina el terreno abierto. La pista gira a la derecha para volver a hacerlo pronto, otra vez, a la izquierda.

A la izquierda, sobre el prado, veremos cerca del camino un cairn. Es el punto idóneo para desviarse, abandonar la traza y torcer en perpendicular hacia una depresión donde encontraremos la boca de una cueva.

Cueva de Los Cristinos. Hundida bajo el terreno.
Es visitable, sencilla para introducirse en el interior, aunque con las debidas precauciones. Tiene, a manera de escalones, una entrada donde hay que tener cuidado con posibles resbalones.
En la zona izquierda, según entramos, corre un cauce subterráneo que desemboca y permite visitar un pequeño lago interior, más allá de una puerta de hierro.

Al salir tomaremos dirección sur, por el lado contrario al que hemos llegado.
Buscamos a nuestra izquierda las sendas que mantienen esa dirección.
Vamos avanzando por prados semidespejados. A la derecha vemos antiguas separaciones de parcelas realizadas con piedras.

Las marcas de camino giran a la derecha, hacia una borda cercana (Ustalaza).
Pero nosotros seguimos rectos, sin cambiar de dirección, hacia el sur por el prado.
Así marchamos hacia la línea del hayedo que vemos al fondo, donde se encuentra la singular zona de rocas que algunos denominan "El hayedo encantado 2", pero cuyo topónimo es "Artea".

El paisaje de este lugar recuerda bastante al que podemos encontrar en el norte de esta misma sierra, en las cercanías del borde norte de Urbasa. Lo hemos descrito en otras rutas en las que se menciona el Hayedo Encantado y el Laberinto de Figuras de Piedra.
Grandes bloques rocosos, con caprichosas formas, comparten el espacio con las hayas, creando un fantástico paisaje lleno de sugerencias visuales.
El visitante puede explorar los rincones, circular entre los mismos sin rumbo claro.
Finalmente, cuando decidamos dejar la zona, saldremos en dirección oeste (90º a la derecha respecto a la dirección en la que hemos entrado en esta zona). Así, pronto, encontraremos en el borde del bosque…

Ermita de San Benito.
Perteneciente a Larraona. Edificio sencillo, de una sola nave. La puerta se abre al sur, y al oeste se ve, sobre el tejado, una pequeña espadaña rematada con una cruz.
También al sur, al otro lado del prado, se alza un altar rústico formado por tres rocas dispuestas a manera de mesa.
Hay también una borda cercana, unos metros más al norte.
El camino-pista que sube de Larraona pasa por la zona oeste de la ermita. Seguimos el mismo para descender hacia el pueblo. Girando a la izquierda (sur) superamos enseguida un paso canadiense y en pocos metros pasamos por…

Puerto de Larraona.
Después de una zona estrechada por las rocas iniciamos el descenso hacia el pueblo. Pronto el paisaje se abre sobre el valle.
La pista, girando a la izquierda, baja entre grandes rocas, a veces muy hermosas.
No tiene posibilidad de confusión alguna. El suelo es de hormigón.
Rápìdamente desciende hacia el pueblo…

Larraona.
Al llegar a las primeras edificaciones veremos, a la izquierda, las instalaciones de Urbasa Abentura, una empresa que mantiene un parque aventura y que organiza excursiones por la sierra.
Final del recorrido.