La distancia, el desnivel acumulado y los diferentes tipos de firmes del terreno hacen que este paseo sea bastante exigente. Ello no quita para que sea realmente espectacular e interesante desde el punto de vista naturalístico y paisajístico.
La subida a la ermita de San Adrián, el paseo por la cornisa de la Sierra de Urbasa hasta la ermita de Santa Marina y la bajada hasta Bakaiku, son las tres partes en las que podemos dividir este recorrido, cada una de ellas muy diferente pero de igual interés y belleza. En este caso perfectamente podríamos definir el recorrido como triangular, en vez de circular.
Todo el trayecto forma parte de la Calzada Bernoa GR-232, en este caso se trata de la unión de dicha calzada con la Amescoa. La vamos a encontrar perfectamente señalizada con rojo y blanco, como corresponde a un GR. Además, en cada tótem informativo encontraremos el topónimo del lugar, la altitud y un código QR con más información. Sin embargo, a diferencia de los otros dos, en este paseo no vamos a encontrar ningún tramo empedrado.