En el extenso catálogo de ermitas sangüesinas (más de dos docenas, según Pérez Ollo) ocupa un lugar de honor la de Nuestra Señora del Socorro. Tiene cofradía formada por labradores, con referencias desde el siglo XVI.
Según Jimeno Jurío, quien dice que a la virgen que preside la ermita le llaman la «Reina de las Navas», la leyenda cuenta de la aparición de la virgen sobre un añoso olivo hoy todavía vivo, en tiempos de guerra con los moros. Así apadrinó y bendijo a los cristianos que cortaron en Yesa la cabeza al rey Abderramán.
Existen dos romerías anuales, que se han establecido en los primeros domingos de mayo y septiembre.
Ocupa un lugar muy visible y llama la atención de los peregrinos que entran en Navarra por la ruta compostelana desde Aragón.
El paseo que aquí se describe recorre varios caminos agrícolas y transita por la zona nordeste del municipio, lindante con
Javier y con la muga provincial.
Aprovecha en parte la pista asfaltada de servicio del canal de Bardenas y un pequeño tramo del camino de Santiago, pasando junto a varios corrales ganaderos.
Sin desniveles apreciables ni dificultades de mención es factible para todo tipo de paseantes. No resulta accesible para sillas de ruedas debido al mal estado del piso de un pequeño tramo y a algún corto repecho.
La vegetación mediterránea asoma allí donde los campos de cereal no han aprovechado los ribazos y las zonas de difícil acceso. También alrededor del cerro de la ermita se presentan pequeñas manchas de
carrascas, aunque la mano repobladora ha introducido otras especies.
Para llegar al punto inicial podemos tomar, desde
Sangüesa, la carretera de Javier. En el km 4,5, antes de iniciar una curva, una nave ganadera se levanta a la derecha del arcén, en el lugar que tradicionalmente se ha conocido como Corral de Viloria. Hay espacio para dejar vehículos con comodidad.