El
Área Natural Recreativa de Orgi es la única de este tipo existente en Navarra.
Está configurada para promocionar el conocimiento y el disfrute de la Naturaleza en el ambiente de un
robledal de los que quedan muy pocos. Situado en el fondo del valle y no en las laderas, Orgi es un bosque que se encharca con facilidad. Numerosas balsas, rebosantes de vida en primavera, que llegan a secarse al llegar el verano, aportan unas condiciones singulares que crean un ecosistema único.
Este rincón ha sido aprovechado (y al mismo tiempo se promueve su conservación), para crear algo parecido a un aula biológica donde todos podemos aprender en contacto con la realidad.
Los gestores del área se han preocupado, con gran mimo, de crear recorridos cuidadosamente diseñados y respetuosos. Las sendas, los observatorios, los paneles de información, todo está pensado y repensado para lograr el equilibrio entre el uso y el respeto, entre la presencia humana y la vida del bosque.
Y además se han acordado de crear un rincón especialmente diseñado para invidentes, el «Laberinto», donde no necesitamos el sentido visual para encontrarnos también con la naturaleza. Invitamos incluso a quienes ven bien a vivir esa experiencia con los ojos cerrados.
El recorrido se complementa con una visita a esta zona del
valle de Ultzama que mediante un itinerario circular nos permite apreciar la estructura del mismo. Hay numerosos puntos donde podemos detenernos a gozar el paisaje de este valle húmedo. Recomendamos especialmente la visita entre abril y mayo, cuando en los bosques y los prados recomienzan los ciclos vitales.
El itinerario, después de abandonar el área de Orgi, sube a
Guelbenzu y desde allí, por una ladera boscosa que alterna roble y haya, llega a
Olano y después a Gorronz.
Desde esta localidad, a través de pistas de concentración parcelaria, bajamos otra vez al valle y llegamos a
Lizaso para volver de nuevo al área de Orgi.
Paseo para cualquier edad, sencillo si prestamos un poco de atención en los puntos conflictivos que se describen con más detalle.
Es posible que, a pesar de la señalización, haya algunos cruces confusos debido a que se ha marcado pensando en recorrerla en sentido contrario al que aquí se describe.
Pero si me quieren hacer caso, yo prefiero atravesar el bosque de Orgi cuanto más temprano mejor, y en escrupuloso silencio. Así escucharán mejor la «música» del bosque. Merece la pena. Al volver, a mediodía, ya saben: hay casi siempre demasiado ruido.