Estamos a 41 kms de Pamplona. Para llegar a este punto salimos de Pamplona hacia Huesca por la carretera N-240.
Iniciamos la descripción del recorrido en la rotonda de Liédena, en torno a la cual encontramos una gasolinera y un hostal. En ella confluyen la N-240 Pamplona-Huesca y la carretera de Sangüesa.
Tomamos la desviación de ésta última. En principio la carretera va entre el río Irati y la ladera montañosa de la derecha. Después, enseguida, toma una larga recta que marcha hacia Sangüesa. Dejamos a la izquierda el polígono industrial, y a la derecha la Papelera.
Al final de esta empresa, también a la derecha, está el cruce de la localidad de Rocaforte, por el que vamos a desviarnos.
La pequeña población está sobre un alto, a 1,5 km de la bifurcación.

Rocaforte
La Sangüesa original, que por decisión de Sancho Ramírez, se amplió en el llano junto al río, pasó ya en la edad Media a llamarse Sangüesa la Vieja. Bajo ella se domina todo el llano del Aragón y la Val de Onsella hasta la sierra de Peña, por un lado, y las estribaciones de la Sierra de Leyre por el otro.
Hoy tiene debajo la papelera y el polígono industrial.
En la parte superior, en el barrio "alto", está la iglesia, del siglo XVI. El pueblo está bien cuidado, con casas donde aflora la piedra rehabilitada. Mantiene su estructura medieval, aunque ya no queden restos apenas del antiguo castillo.

Al otro lado del barranco, al noreste del pueblo, todavía se levanta el monasterio de San Francisco. Sobre él, en la loma, un parque eólico. Adosada al mismo está también la ermita de San Bartolomé.
Por Rocaforte pasó siempre el Camino de Santiago y, según se dice, en 1213 San Francisco de Asís visitó el lugar como peregrino, fundando aquí el primero de sus conventos en la Península.
Volvemos ahora sobre nuestros pasos hasta la carretera de Sangüesa y tomamos hacia la derecha. En 800 metros llegamos al puente metálico sobre el río Aragón.

Sangüesa
Junto con Estella es una de las poblaciones con mayor riqueza monumental de Navarra. Sangüesa ha sido la frontera del reino desde que así lo decidió Sancho Ramírez. El puente sobre el río la convertía en lugar obligado de paso.
Testigos del pasado son la iglesia de Santa Mª la Real, la de Santiago, la de San Salvador, el Palacio del Príncipe de Viana, el de Valle-Santoro, el convento del Carmen, el de San Francisco...
Lugar de excelente gastronomía, también es parada obligada en el Camino de Santiago.
También por aquí pasa en sentido Norte-Sur la Cañada de los Roncaleses.
Sangüesa es, en definitiva, una gran encrucijada que merece una visita prolongada.

En la imagen la Iglesia de San Salvador.
En la anterior el palacio del Príncipe de Viana (actualmente biblioteca municipal).
Salimos por el otro extremo de la ciudad y tomamos a la derecha para dirigirnos hacia Sos del Rey Católico.
Pronto nos incorporamos a la variante que salva Sangüesa. A un km de la salida, a nuestra derecha, entre arbolado, se encuentra la ermita de San Adrián de Vadoluengo o de la Magdalena. Es románica, y podemos encontrar gran cantidad de datos sobre la misma en la publicación de J. M. Jimeno Jurío: Ermitas de Sangüesa (Colección TCP nº 193 - Gobierno de Navarra), reeditada en 1990.
Carretera adelante superamos el desvío que lleva a Cáseda y Carcastillo, y entramos enseguida en tierras de Aragón. Tras largas rectas alcanzamos un terreno más quebrado, donde, dejando a la izquierda el cruce que luego tomaremos, subimos hacia el centro monumental de Sos.

Sos del Rey Católico.
Podemos optar por dejar el vehículo junto al Parador o bien continuar por la carretera hasta encontrar la indicación "Centro Villa".
Por el interior del Casco Histórico no se puede circular.
Sos es otra ciudad monumental. Otro hito fronterizo, en este caso del reino de Aragón. Calles estrechas, tortuosas. Lugares umbríos y piedra tallada por todas partes. Blasones, palacios... de todas las épocas y estilos.
Aquí nació en 1452 Fernando el Católico. Se conserva el Palacio de Sada (su casa natal) que es posible visitar.
Muy interesante también la plaza Mayor, donde entre otros edificios se asienta el ayuntamiento.

En la parte superior del conjunto monumental está la iglesia de San Esteban, con una cripta donde se conservan pinturas góticas.
Sobre ella se yergue, con planta cuadrada, asentada directamente en la roca, la torre del Homenaje.
La villa entera está declarada conjunto histórico-artístico.
Saldremos de Sos volviendo, en principio, a descender por donde hemos venido. Al salir veremos a la derecha la ermita de Santa Lucía, del siglo XII, a la derecha de la carretera.
El desvío hacia Navardún está a unos dos km de Sos. Lo tomamos y pasamos enseguida junto al convento agustino de Valentuñana.
Más adelante (27 kms desde el inicio) encontramos la desviación hacia Undués de Lerda, pero seguimos en dirección a Navardún.

Con Navardún a la vista (muy cercano) tomamos la desviación a Petilla de Aragón (a la derecha).
La carretera, estrecha, avanza entre campos de labor y carrascas, con bastantes manchas de pinos de repoblación.

Al mismo tiempo que el paisaje se estrecha y el itinerario se mete por un barranco, pasamos sobre un río y encontramos al otro lado del puente el cartel de la Comunidad Foral.
Bosque cerrado en ambas laderas. Se alternan carrascas y robles con algunos pinos. Más arriba, hacia el sur, se aprecian zonas que están en proceso de replantación.

La carretera va ascendiendo y de pronto, sobre la misma, se recorta la silueta de la iglesia de Petilla. Todavía queda un largo trecho hasta alcanzar el pueblo, pues hemos de hacer casi dos km de curvas hasta subir al mismo.
Pasamos bajo el pueblo y subimos más allá para superar el desnivel.

Petilla de Aragón
Situado sobre un farallón rocoso. Hoy sigue perteneciendo a Navarra. Fue cedido, junto con el señorío de Peña, por el rey de Aragón a Sancho el Fuerte por una deuda contraída que no podía pagar de otra manera. Los escasos 50 habitantes de Petilla mantienen un pueblo primoroso, orgullosos del hijo más famoso del lugar: Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906.
En la parte baja de la calle Mayor se conserva, rehabilitada, su casa natal, en la cual se mantiene una exposición permanente sobre su vida y obra.
Petilla tiene en la plaza, pequeña y en parte porticada, el ayuntamiento y la iglesia de San Millán, del siglo XIII, con una curiosa puerta medio encajada en el contrafuerte.
En las cercanías del pueblo se encuentra la ermita de Ntra. Señora de la Caridad (véase imagen de introducción de esta ruta).

Volvemos ahora por la misma carretera hasta el cruce de Navardún. A la derecha dejamos, en un altozano, el pueblo de Gordún. Tras volver a pasar por el cruce en el que nos habíamos desvíado superamos el puente y dejamos bajo la carretera el núcleo de Navardún. Continuamos en dirección a Artieda, ahora en continuo ascenso.

Puerto de Cuatro Caminos.
Desde el mismo se desvía, por lo más alto, la carretera que lleva a Los Pintanos y Bagüés. A la izquierda una pista recorre la loma. Sobre las señales de tráfico se levanta un barracón donde el Gobierno de Aragón guarda sal para combatir los problemas de las nevadas. Iniciamos el descenso hacia Ruesta. Al ir acercándonos veremos asomar el embalse de Yesa, en cuyas orillas se asentaba la localidad.
El paisaje continúa con la misma tónica que hasta ahora. Predominio del bosque mixto de carrascales, robledales y pinares.

Ruesta.
Impresionan a medida que nos acercamos las ruinas que constituyen este lugar. Las torres del antiguo castillo están completamente agujereadas, aunque la estructura se mantenga a duras penas en pie.
A medida que nos internamos en el pueblo vemos cómo se mantiene toda la estructura de callejas original. Pero todo está derruido. No existen los tejados. Las calles están invadidas por los espinos, dejando una mínima senda para transitar por ellas.
En la actualidad sólo los esfuerzos del sindicato CGT, que quiere rehabilitar el lugar, transmiten una esperanza de futuro. Esta organización ha reconstruído varios edificios, abriendo un centro de interpretación de la Naturaleza y dos albergues. Es posible alojarse y comer, que no es poco entre tanta desolación.
Abajo un río hace eses antes de desaguar al embalse, que aporta un fuerte contraste al paisaje. Junto a este río hay también una zona de acampada.

La naturaleza retoma su protagonismo en torno al pueblo. A pesar de que en algún momento del año puede resultar difícil la circulación por la senda que queda entre sus calles, puede merecer la pena, no sólo por la experiencia, sino por la vista que tenemos sobre el embalse y las zonas de alrededor en la parte más alta, junto a las torres.
Seguimos carretera adelante tras la visita.

Un cartel nos advierte, tras un cambio de rasante, que entramos en la Jacetania. El paisaje, más abierto, muestra la erosión de las margas calizas típica de la zona, con las formas que muestran las cárcavas, muy abundantes en torno al pantano. Aumenta el terreno dedicado al cereal en detrimento del bosque. Estamos en zona relativamente llana. Al fondo se pueden divisar, hacia el este, los pirineos oscenses. Hacia el oeste y al norte, cercana, la "cola" del embalse.
Cinco kms después se desvía un ramal hacia Artieda. Seguimos rectos para acercarnos a la carretera general N-240 Pamplona-Huesca.

Tras cruzar un largo y estrecho puente que salva el río Aragón nos incorporamos a la carretera general, tomando a la izquierda, en dirección Pamplona.
Lógicamente las condiciones del tráfico cambian radicalmente. Pronto (en 2 km) dejamos a la derecha la carretera de Roncal y comenzamos a flanquear el embalse, cosa que haremos durante los próximos 17 kms.
Pasaremos junto a Tiermas, que queda en un alto, y dejaremos bajo la carretera su conocido y desaparecido "Balneario", a cuyas fuentes siguen acudiendo muchos aficionados a tomar las aguas y los barros calientes, ya que en los últimos años, por la menor precipitación, aflora a la superficie con frecuencia.
También dejaremos a la izquierda las instalaciones del camping, y volveremos a entrar en Navarra.

Presa del embalse.
Si podemos detenernos, y no llevamos prisa, es interesante cruzar a pie sobre el dique para echar un vistazo a los impresionantes sifones de desagüe, que quedan al otro lado. No es recomendable asomarse para personas con vértigo.
Este embalse permitió poner en marcha, en los años 60, toda una red de pueblos de colonización en la zona de Cinco Villas y Bardenas. El regadío hizo crecer pueblos que, cortados por el patrón de los planes de desarrollo de Franco, eran todos idénticos en su estructura urbana. Les costó adquirir personalidad propia. En Navarra tenemos algunos como San Isidro del Pinar, Figarol... pero son más abundantes en la zona aragonesa, sobre todo alrededor de la localidad de Ejea de los Caballeros.
En la actualidad una fuerte polémica envuelve la intención gubernamental de recrecer el embalse.
Siguiendo la carretera llegamos en dos kms a...

Yesa
Población que experimentó un fuerte impulso durante la construcción del embalse. Hoy mantiene un cierto dinamismo, entre sus servicios de carretera y la construcción de urbanizaciones que en verano aprovechan la cercanía del pantano.
No obstante su población a lo largo del año es escasa.
La existencia de varios restaurantes y bares de carretera nos facilitan, si lo deseamos, hacer un alto en el camino. Sin embargo ya no queda mucho para el final.
Aunque quien lo desee puede tomar aquí la opción de desviarse hacia la izquierda para visitar (a 5 km) el pueblo de Javier y el castillo del santo. La continua oferta de exposiciones en el antiguo colegio de los jesuitas puede ser también un aliciente.
En nuestro caso seguimos por la N-240, saliendo de Yesa en dirección a Liédena para desviarnos al cabo de 1 km a la derecha y subir al cercano monasterio de Leyre.
La carretera nos lleva por un hermoso bosque de encinas muy desarrolladas, con algunos ejemplares dignos de mención. Vamos subiendo por fuerte pendiente las laderas de la sierra.

Monasterio de Leyre.
En el siglo X y XI era no sólo el monasterio más importante del reino navarro, sino que poseía más de la mitad del territorio. Su poder fue declinando, pero sus abades siempre tuvieron una gran importancia en el gobierno de Navarra.
Todavía hoy se celebran, anualmente, funerales por los reyes de Navarra en su basílica.
Artísticamente tiene gran interés. Es muy destacable la cripta prerrománica que hay bajo la basílica, así como la misma iglesia. Los domingos se aproximan a la misa de 12 muchos amantes del canto gregoriano para escuchar a los monjes.
Todo el entorno de alrededor resulta muy agradable para el paseo y para disfrutar del paisaje. Tanto la sierra como el pantano a sus pies son dignos de contemplar. Los amantes del senderismo toman este punto también como lugar de partida para multitud de excursiones. Por aquí pasa también la Cañada de los Roncaleses. En nuestra web hay numerosas rutas que pasan o salen de este punto.

Descendemos de nuevo a la carretera general y tomamos a la derecha para ascender el alto de Liédena. Tras el descenso pasamos junto a la localidad (a nuestra derecha) y, tras cruzar el puente sobre el río Irati...

De nuevo en la rotonda donde se inició la ruta.
Para quien lo desee, si vuelve hacia Pamplona, todavía queda un lugar donde merece la pena hacer un pequeño alto. A 3 kms...

A la derecha de la carretera, señalizada con un cartel, hay una excavación cercada, pero en la que es posible entrar a dar un paseo, de una antigua villa romana. Quedan al aire los cimientos y estructuras que constituian la villa. Situada justo enfrente de la entrada de la foz de Lumbier, podemos contemplar la estrecha salida del río Irati. Sobre la misma quedan los restos del airoso puente del Diablo, destruido por los franceses en 1812, que permitía a los peregrinos seguir un camino paralelo a la actual carretera.