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Virgen de Idoia es, según Fernando Pérez Ollo, santuario del siglo XVI, del que conocemos obras a finales del XVIII. Amenazaba ruina a finales del XVIII.
Léase sin embargo, en la sección de artículos
lo que nos cuenta Felipe Ipas, ermitaño de la misma, hombre enamorado de su ermita, que ha convertido la vivienda adosada a la misma en un auténtico museo etnográfico. Y entre otras cosas, nos ha enseñado las ordenanzas y constituciones de la Cofradía de Idoia, que parece datar de bastante antes.
La virgen, patrona de gran devoción, recibe su romería el primer domingo de julio. Se celebra en ella también todos los años la reunión de aquellas «Idoias» que andan desperdigadas por el mundo y que desean conocerse en la ermita que les da nombre.
Pero además, viendo el cariño con que es tratado todo el entorno del lugar, merece la pena hacer este paseo y disfrutar un rato del pequeño paraíso que Felipe ha construido en torno a la misma. Situada a unos ochocientos metros del casco urbano de Isaba se ha señalizado y homologado un sendero local, el nº 70, que pasa por la misma y que aquí describimos. Veremos además, en el recorrido, cómo coincide también con un PR (Pequeño Recorrido) y con la GR-11 (Gran Recorrido que atraviesa el Pirineo) que marcha por aquí a través del antiguo camino Isaba-Otsagi.
Describiremos el camino al revés de cómo se hace habitualmente. Es decir, partiremos hacia el norte de Isaba, por la carretera que sale hacia
Uztarroz, cruzaremos el río por puente peatonal y nos acercaremos a la ermita a través de una senda que en principio va por la orilla del cauce y después asciende hasta la misma. Finalmente volveremos a Isaba por el camino habitual de Isaba a la Virgen, empedrado, lleno de sombra y con bellos rincones, especialmente para disfrutarlos en días veraniegos, cuando el calor aprieta.