Este recorrido es un largo paseo que refunde algunos de los ya publicados en la sierra de Andia y pretende dar una visión de conjunto de su parte superior, la más característica, donde los rebaños de la zona y los trashumantes que llegan de la ribera en verano, pasan toda la época estival.
Un conjunto de balsas de cierta importancia forman parte del trazado y nos dan también una idea del conjunto, del hábitat donde se desarrolla la vida pastoril por estos lugares. Cada una de ellas, cuando nos acercamos, nos indica la importancia del agua en el entorno. La acumulación de ganado libre es patente alrededor de estos puntos.
En la parte final, además, tenemos también el testigo de lo que fue la vida relativamente reciente de los pastores. Las bordas del Pelotón y las bordas «nuevas» (todas en ruinas), son vestigio del pasado. Quedan ahí como un recuerdo.
El itinerario empieza en la
ermita de San Miguel de Goñi. Desde ahí nos adentramos en Andía por la parte norte para tomar el corredor que nos une con el túnel de Goñi, en el límite con Urbasa.
Bajamos por la carretera hasta encontrar la pista de la balsa de Ikomar, por la que nos adentramos de nuevo en la sierra en sentido contrario. Después llegamos, más allá de la balsa, hasta el límite con el valle de Goñi, donde encontramos las ruinas de las bordas. Por ahí volvemos de nuevo, en corto trecho, hasta la ermita, para cerrar el círculo.