Dejaremos el coche junto a la iglesia, a la entrada del pueblo. En la plaza vemos una fuente con el escudo de la localidad.

Foto: Iglesia de Urbiola.

Recorremos la calle principal (calle Mayor). Pasamos junto a una plaza con un par de palacetes blasonados. Siguendo la calle, nos desviamos por la primera a la derecha (calle nueva). Curioso es el pilón excavado en piedra que está al comienzo de la calle.

Foto: Desviación por la calle nueva.

Al final de la calle, a la izquierda hay un transformador. Pasamos junto a el y nos desviamos por la pista de tierra que sale a la derecha.

Foto: indicación de la desviación junto al transformador.

Salimos del pueblo hacia el tunel que nos va a permitir atravesar la autovía. Hacia el oeste se ve el alto de Araneta, coronado por unos pinos. También tenemos una buena vista del castillo de Monjardín.

Foto: Tunel de la autovía con Monjardín al fondo.

Atravesamos la ruidosa autovía que va de Pamplona a Logroño y entramos en una agradable chopera.

Foto: Chopera junto la autovía.

El camino que atraviesa la chopera nos lleva enseguida al Camino de Santiago. Lo seguimos a la izquierda.

Foto: Camino de Santiago cerca de Urbiola.

A la derecha dejamos un curioso chamizo coronado por una escultura de una descocada aldeana que enseña un pecho. Seguro que la surrealista ubicación de la escultura esboza una sonrisa en el caminante.

Foto: escultura de la "atrevida aldeana".

Llegamos a un cruce con una carretera asfaltada con poco tráfico. Aquí tenemos una fuente. Seguimos por el Camino de Santiago.

Foto: Fuente en el Camino de Santiago. Al fondo la borda por la que volveremos a este punto.

Cruce de caminos. Abandonamos el de Santiago para seguir por la pista que sale a la derecha.

Foto: indicación de la dirección correcta en el cruce.

Nuevo cruce con tres pistas, cogemos la del centro. No es raro haber visto ya alguna perdiz, abundantes por estos pagos. Típica vegetación mediterránea alrededor: coscoja, carrasca, pino. También tomillo y otras plantas aromáticas.

Foto: indicación de la dirección correcta en el cruce.

Dejamos a la izquierda unos almendros, espectaculares en su floración a finales del invierno, y la pista acaba en un campo de cultivo. Lo rodeamos por la derecha para volver a salir a la continuación de la pista que enseguida da a un sendero que seguimos a la derecha para llegar a un collado. Desde aquí tenemos una buena vista del Alto de Araneta y la ruta de subida; una pista empinada y desdibujada que hay que abordar tras bajar al barranco que nos separa del monte.

Foto: Alto de Araneta desde el collado con indicación de la ruta de subida.

Bajamos al fondo del barranco del francés, que así se llama, buscando la subida que hemos visto desde arriba. Raro es encontrar en estos parajes desconocidos por los senderistas a nadie, y mucho menos a un francés… Curiosidades de la toponimia. Este es uno de los atractivos de esta ruta, disfrutar de estos montes en soledad.
Antes de llegar a la parte más baja del barranco a la derecha sale la entrada del camino que nos va a llevar a la cima.

Foto: Sendero de subida al Alto de Araneta.

Fuerte subida. Difícil si llueve o ha llovido el día anterior por lo embarrado del firme. Cuando ya hemos superado lo mas duro del desnivel, y 50 metros antes de llegar a la altura de un monolito natural que se alza entre la vegetación, sale a la derecha un camino ascendente que lleva a la cima.

Foto: Monolito cerca de la desviación hacia la cima de Araneta.

Alto de Araneta. Cima muy cubierta por la vegetación, pero al ser de monte bajo nos permite ver las sierras de Monjardín, Lokiz, Montejurra, etc. En la subida es interesante desviarse al monolito, un cómodo trono de piedra para que el montañero descanse y pegue un bocado mientras contempla una estupenda panorámica de la sierra de Codés.

Foto: Monolito natural del Alto de Araneta.

"Desandamos el camino hasta el fondo del barranco y volvemos a subir al collado."

"Unos pocos metros antes de llegar a lo alto del collado tenemos que desviarnos hacia el noreste, por una senda poco marcada pero fácil de encontrar a poco que nos fijemos."

Una vez superada la cuesta llegamos a otro collado y a la unión con otro camino. Nos dirigimos a la derecha. Desde aquí arriba divisamos Urbiola y Villamayor de Monjardín con el castillo coronando el monte del mismo nombre.

Foto: Vista de Villamayor de Monjardín y su castillo.

Seguimos la pista hasta una bifurcación donde seguimos por la izquierda, hacia Urbiola, que se ve abajo, en el llano. El camino de la derecha acaba a los pocos metros en un sembrado.

Foto: indicación del desvio hacia Urbiola.

Llegamos a un campa tras un fuerte pero corto descenso. Junto a la campa una borda.

Foto: Campa y borda junto al Camino de Santiago.

"Pasamos por delante de la borda y llegamos de nuevo al Camino de Santiago, al punto donde ya habíamos pasado al iniciar la ruta, donde cruza con la carretera. Desde aquí, se puede volver al pueblo por el camino por el que empezamos la ruta, o desviarnos para conocer la cueva de los hombres verdes y una mina. Para esta segunda opción no queda mas remedio que andar por la carretera hacia la izquierda. De todas formas esta vía tiene muy poco tráfico."

Como referencia tomaremos dos tramos abandonados de la carretera tras la modificación de la misma,que han quedado a la derecha. La cueva se encuentra a la salida del primer aparcadero, antes de llegar a unas señales de prohibido adelantar, a la derecha y unos 10 metros sobre el nivel de la carretera, a la altura del primer poste reflectante. La subida es algo complicada. Cuidado con los resbalones.
La cueva es pequeña, de cuatro o cinco metros de profundidad, con boca triangular y orientada al norte. Se llama de los hombres verdes no porque aparecieran marcianos :-), sino porque se utilizó como cueva de enterramiento tras haber sido mina de cobre prehistórica. Las sales de cobre dieron una tonalidad verdosa a los cráneos que se encontraron, lo que dio nombre al yacimiento arqueológico. En esta pequeña cueva se encontraron restos de al menos treinta y cinco personas. La mayoría pertenecían al tipo mediterráneo grácil, abundante en el valle del Ebro, y al pirenaico occidental, predominante en la montaña. Pero lo más interesante es que parte de los cadáveres tenían una fisonomía peculiar que los situaba como procedentes del este de Europa, lo que hace pensar en grupos itinerantes de buscadores de metal que anduvieron por estos lares hace 4.000 años.

Foto: Cueva de los hombres verdes.

Volviendo a la carretera, continuamos por la misma hasta el comienzo del segundo tramo de carretera abandonada. También a la derecha, a 20 metros de altura sobre la misma, se encuentra una antigua mina de unos 10 metros de profundidad que también pudo ser utilizada desde antiguo. La subida aquí es mejor hacerla en diagonal buscando la zona pétrea donde se ubica la mina, ya que la subida directa, además de empinada, está llena de vegetación.

Foto: Interior de la mina.

Solo queda retornar a Urbiola desandando la carretera y desviándonos luego por el Camino de Santiago a la altura del cruce de la fuente para volver a saludar a la atrevida pastorcilla...

Foto: Escudo de la plaza de Urbiola.