Este amable paseo desde
Urdánoz permite acercarse a los bordes de la sierra de Andía por caminos que antes de convertirse en pista también vieron transitar los ganados que iban a pastar a los extensos prados de verano.
Llegamos así a la balsa de Erna, antesala de estos territorios, a escasa distancia de las bordas del Pelotón, ruinas hoy en día y casi un poblado no hace muchos años, en los que los pastores tenían que organizarse para convivir los meses del estío.
La balsa natural de Erna es una de las zonas más interesantes de los bordes de esta sierra. Rodeada de
hayedos, con una franja abierta de terreno a su alrededor, es uno de los paisajes hermosos que merecen la pena una visita.
El camino parte de Urdánoz hacia el oeste por la pista que sirve al pueblo para llegar a Andía. Después de un largo tramo en el que llaneamos comenzamos a salvar el desnivel a partir de unos depósitos de agua. Podemos atajar por un camino herboso que salva en línea recta (bastante pendiente) unas curvas. Tras superar un muro que hace de límite nos metemos entre el arbolado y llegamos a la balsa. Proponemos volver por otras sendas llegan hasta este punto y regresamos por el mismo camino hasta Urdánoz.
Ruta sencilla y agradable para cualquier época del año.
Otras dos rutas ya publicadas pasan por esta balsa.
Una parte desde
Goñi y
la otra desde
Munárriz.