El recorrido de hoy comienza en Atallo situado a la derecha del rio Araxes. Desde aquí cogemos la carretera que lleva a Azkarate. A unos 500 metros en una curva de la carretera cogeremos una pista a mano izquierda que nos llevará en 500m al caserío de Gorostieta, en el fondo del valle.

Una vez pasada una pequeña regata a la derecha cogemos un estrecho camino que sube por un bosquete descuidado y bastante frondoso de robles (Quercus robur) y (Quercus rubra), avellanos (Corylus avellana), fresnos (Fraxinus excelsior), sauces (Salix sp.) y algo de reforestación de pino de Monterrey (Pinus radiata). Subimos unos 800m por este camino paralelo a la regata hasta reencontrarnos con la carretera que sube a Azkarate. Volvemos a coger la carretera hasta llegar a la iglesia de Azkarate.

Desde la iglesia de Azkarate cruzando la carretera en dirección sur retomamos el camino cuesta abajo junto a un panel en donde enseguida veremos las marcas blancas y rojas que señalan la GR20 que recorre toda la vuelta Aralar. Pasamos una pequeña regata y nos adentramos en un bosque de pinos ( pinus radiata) por donde la senda algo estrecha va descendiendo poco a poco hasta llegar al caserío de Beloki haundia donde todavía se pueden apreciar las metas que solo en pocos sitios se conservan.

Desde este caserío volvemos a retomar la pista que rápidamente desciende y que está rodeada de prados verdes y algún que otro caserío sin perdida hasta llegar al pueblo de Uztegi.

Desde Uztegi seguimos la carretera que asciende a Gainza. Saliendo de Uztegi en el lado izquierdo podremos observar un antiguo molino de ladrillos rojos con el que antiguamente molían harina.

Acercándonos a este molino se puede apreciar en un lateral de la pared junto a la regata, un viejo horno donde hacían pan y que se conserva en muy buenas condiciones. Hoy en día esta casa pertenece a un pintor guipuzcoano. Seguimos carretera arriba hasta llegar a Gainza.

Acercándonos a este molino se puede apreciar en un lateral de la pared junto a la regata, un viejo horno donde hacían pan y que se conserva en muy buenas condiciones. Hoy en día esta casa pertenece a un pintor guipuzcoano. Seguimos carretera arriba hasta llegar a Gainza.

Desde Gainza se tiene un bonito ascenso a uno de los picos de las Malloas, el Balerdi (1.195m). Por detrás de las primeras casas se desciende por una pista rodeada de prados, pequeñas reforestaciones de pino, algún fresno y avellanos. En ella se divisa muy bien los pueblos de Azkarate, Uztegi y Gainza (como vemos en la foto).Esta pista vuelve a ascender un poco hasta llegar a unos caseríos en donde retomaremos un camino hacia la izquierda y luego derecha. Otra vez nos volveremos a encontrar con las marcas de la GR20.

La pista pasa por varios caseríos reformados y muy envidiables hasta un gran prado abierto en donde termina la pista y continúa una pequeña senda.

Subimos una pequeña loma de este prado y por el que pasaremos por algún helechal, robles y trasmochos de fresno. Desde aquí podremos divisar a nuestras espaldas un buen paisaje panorámico de toda la sierra Aralar y del valle de Araiz.Comenzamos a descender con bastante pendiente por reforestaciones de pino y roble americano a ambos lados del camino. Pasamos un par de langas hasta llegar a una regata por donde cruzaremos y llegaremos a la carretera que va de Inza a Betelu. A unos 200m llegaremos a Betelu.

Cruzamos y salimos del pueblo de Betelu para visitar la ferrería de Betelu donde se acuñó la última moneda del Reino de Navarra. Esta ferrería se encuentra a 500m del pueblo y contiene diversos paneles explicativos de su funcionamiento y dan fe de la historia y costumbres de Betelu. Villa que alcanzó notable auge en la Belle Epoque por su balneario, al que acudían personajes tan ilustres como el rey Alfonso XII. La senda que conduce a la ferrería, tiene a su izquierda el río Araxes que forma una pequeña piscina fluvial que se utiliza en verano.

El paseo se halla protegido por una barandilla y discurre a la vista del encinar (Quercus ilex) Zigadi-Beroate declarado Enclave Natural en 1997 por constituir un raro paraje de vegetación mediterránea en plena zona atlántica. Talado casi en su totalidad a finales del siglo pasado se ha ido regenerando de forma natural, encontrándose en la actualidad e franca recuperación. Y de esta forma volveremos a Betelu para finalizar nuestra excursión.