Esta ruta puede resultar algo dura para senderistas poco entrenados o principiantes por su longitud y desnivel inicial. Sin embargo el conjunto de la misma, con una administración de esfuerzos bien repartidos no causa una impresión de dificultad excesiva.
Tiene el atractivo de dar una vuelta completa, con hermosos paisajes y panorámicas sobre una de las zonas más amables del pirineo navarro a un valle representativo del pirineo navarro que, además, no tiene asentamientos humanos.
El valle de
Sorogain, boscoso en su parte baja y con prados en la zona alta, es uno de los puntos de paso entre mugas más bello de Navarra. Lugar de descanso dominical para mucha gente que acude a sus merenderos en verano,
estación megalítica muy interesante en su parte alta, pasto de gran cantidad de ganado por el intercambio histórico entre
Erro y Alduides, es también zona por donde pasan grandes recorridos (GR-11 y GR-12). El último, recién recuperado, acaba de ser balizado por esta zona.
Con un primer ascenso por camino-pista, después de llegar por Lizartzu al monte
Adi (una de sus ascensiones más llevaderas) dominamos desde la cima todo el entorno con sus 1459 metros. Descendiendo hacia el nordeste nuestro sendero visita tres collados herbosos y los enlaza con suavidad (Aratun y Egurtza en primer lugar).
Después de cruzar el tercero, Aztakarri, (en la parte alta del valle), vuelve a subir y girar hacia el sur para pasar otros dos collados importantes: Beraskoain y Arbilleta, desde el cual descendemos a la casa del valle (Casa Pablo), últimamente recuperada como albergue.
Terminamos, para cerrar el círculo, volviendo por el carretil, a orillas del río, hasta el punto inicial.