Se trata de un paseo muy sencillo por el parque del Romero. Partiremos de la Plaza de los Fueros de
Cascante, rodeada por el ayuntamiento y la Iglesia de la Asunción. Subiremos por la escalinata que nos conduce a la
basílica de Nuestra Señora del Romero que se encuentra al inicio del parque. Pasaremos a lo largo del parque y en su lado sur-oeste tenemos una amplia terraza desde dónde se obtiene estas vistas de Cascante y del
Moncayo.
Sabías que ... en uno de los tantos asedios sufridos en la historia de Cascante, los cascantinos fueron salvados por una vaca.
" ....a la leyenda del Asedio de Cascante, que perseguía su rendición por hambre, mientras los exhaustos defensores concentraban las escasas provisiones en cebar la simbólica vaca, entonces de carne y hoy testa del blasón. Y de cómo este sacrificio ritual confundió las mentes de los envidiosos enemigos que adivinaron abundancia donde ya sólo quedaba orgullo.
El embeleso del relato tenía la gracia de juntar el sacrificio -de sacra facere, hacer sagrado lo que es mágico- con la astucia de los naturales del lugar: para romper el cerco angustioso con la colaboración de una res bien provista, lustrosa de ubres y de cuernos, para desesperación de los pérfidos sitiadores. Convirtiendo el porte altanero de la majestuosa vaca -que nosotros deberemos suponer roya, color de la tierra y de la sangre- en un brindis a la inteligencia y la fortuna, que es todo cuanto cabe esperar de una madre ciudadana."
"....De tal forma que podemos decir altivos que estamos protegidos por una vaca. Esto es lo que siente en propias carnes todo concejal de festejos cuando sube presuroso al disparo del cohete. Y que El Castizo expresa contundente y feliz mientras se pone de codos en las tarranqueras de la plaza:
"En hubiendo vacas, estamos salvaús"."
Extracto sacado del libro Cuentos, Leyendas y Tradiciones Cascantinas del autor Julio Donlo Fernández