La ascensión a la Mesa de los Tres Reyes se realiza habitualmente desde el vecino valle oscense de Linza a raíz de que se abriera su pista forestal. En esta descripción vamos a recrear parte de la antigua ascensión que hacían los montañeros del siglo pasado, a mediados de los años cincuenta, cuando la carretera que une Isaba con Francia quizás no era todavía ni un proyecto.
Para ello se precisaba realizar, al menos, una pernocta ya que si sumamos los 12 km de aproximación de
Isaba al Rincón de Belagua y los 13 de ascensión más el trayecto
de regreso... se nos plantea una ascensión de 50 kilómetros y un desnivel acumulado que ronda los dos mil metros. Ciertamente, es algo que sólo unas pocas personas lo harían
en una única jornada.
Aún y todo, para realizar la mitad de aquellas «calcetinadas» de nuestros predecesores en una larga jornada hay que encontrarse en buen estado de forma y estar habituado a realizar actividades de larga duración en la montaña. Esta actividad nos llevará unas 10 u 11 horas reales si descendemos al Rincón de Belagua.
Es muy importante que nuestra mochila no sea muy pesada, esté provista de ropa y avituallamiento para una jornada pirenaica y que llevemos agua en abundancia (2 a 4 litros). Se aconseja el verano para su realización.
Para realizar esta ascensión dejaremos el coche en el aparcamiento de la Mata de Haya en el km 12 de la carretera NA-1370 que une Belagua con Francia, justo antes de iniciarse el puerto. Desde aquí y en dirección sureste iniciamos la ruta por un precioso túnel entre las hayas.
Salimos a zona abierta junto al barranco de Aztaparreta, cauce muy pedregoso que recuerda la antigua lengua de un glaciar y que es el inicio del río Belagua. Lo cruzamos siguiendo por pista ya en dirección más al este. Justo antes de la borda de Intza (Intxa) seguimos por el cauce de Bitxitoza hasta buscar la espalda de los prados y encontrar, a la izquierda del cauce, un cairn (montón de piedras) donde se inicia una senda ascendente que, primero entre pinos y luego por hayedo, nos irá izando por senda bastante clara por las laderas de Lazagorria.
En los últimos dos años se ha ido señalizando este camino de forma anónima y gracias a estos trabajos desinteresados podremos alcanzar, tras fuerte pendiente, la cueva de Antxomarro. Sita en una peña caliza, se le denomina también como Cueva del rey, Fuente del oso. Dos cavidades interconectadas y de ambientes bien diferenciados ofrecen al visitante agua y cobijo. La leyenda atribuye a este lugar la estancia del rey de Navarra y de sus sirvientes.
Pocos metros más arriba la pendiente se torna más suave y entramos en un prehistórico pasadizo entre rocas para posteriormente, por sendas angostas, ir tomando altura hasta salir al collado de Larrería, que es una suma de collados entre las cimas de
Lapazarra y
Lapaquiza de Linzola. Es aquí donde se enlaza con el GR-12 que en su última etapa parte desde el refugio de Ángel Oloron para finalizar su recorrido en la
Mesa.
El camino prosigue en el collado más meridional bajo las laderas de Lapaquiza. Desde allí vamos tomando altura y dejamos a nuestra derecha la subida a esta cima para flanquear su ladera norte, ya en terreno oscense, y pasar por una pequeña balsa natural.
Poco después, mientras las laderas nos invitan a ir perdiendo altura, debemos buscar en la entrada de la zona kárstica unos cairns para seguir el camino hasta el paso sobre la Hoya del Portillo de Larra o parte inferior de la Hoya de la Solana. Es un buen mirador que nos muestra los bastiones de Ukerdi y Budogia que escoltan la cima de la Mesa en su parte más oriental.
Desde aquí descendemos hasta la parte inferior de la Hoya y buscamos el corredor situado a la derecha de Budogia para seguir el camino hacia la cima de la Mesa. Una vez superada la fuerte rampa contactamos con el camino que asciende desde Linza.
La senda se va convirtiendo en cascajo y va ascendiendo hasta alcanzar el collado entre Budogia y la Mesa. Aquí nos adentramos en la cara sur de la montaña. No obstante proponemos acometer la ascensión por la arista que tenemos frente a nosotros. Se trata de una ascensión rápida, segura y bien protegida.
En pocos minutos alcanzamos la cota máxima esta montaña y bajo nuestros pies tenemos las grandes caídas sobre la vertiente de la localidad bearnesa de Lescun. Y allí podemos dar rienda suelta a la imaginación y recrear cómo se podían sentar los reyes de Aragón, Francia y Navarra (cada uno en su territorio) para tratar los temas de interés para los tres reinos.
Aprovechamos la subida de la cara sur para iniciar el descenso y cuando ya vayamos a regresar al collado saldremos en sentido contrario, bajo la pared rocosa y por una senda poco dibujada, camino a la Table.
Es recomendable este último tramo por su singularidad y vista particular de la Mesa. No obstante, debemos indicar que en caso de suelo mojado o nieve esta opción debe evitarse para evitar riesgos innecesarios.
Ya no nos quedará más que regresar a nuestro punto de partida o terminar este recorrido en el valle de Linza. Buena opción si hemos dejado allí otro vehículo antes.