A casi toda la gente de nuestro tiempo le gusta viajar. Y en el viaje incluimos lo esencial y lo accesorio: la primera idea, la búsqueda del destino, los inconvenientes de la travesía, los hallazgos, los borrosos recuerdos que perduran... Pero como la vida continuamente va frustrando nuestros sueños muchos de los viajes deseados y hasta previstos no pueden realizarse. Es entonces cuando recurrimos a otra forma de viaje no menos emocionante, no menos gratificante, que nos transporta casi mágicamente a un destino: la literatura, la narración del viaje de otro.
Su autor, Saturnino Napal, ha viajado. Ha recorrido aldeas, cementerios, villas, valles de Navarra en el que ha sido su gran viaje soñado, su sueño. Y como un buhonero errante al que le ofrecemos posada una noche de invierno, nos cuenta lo acaecido en el camino y viajamos con él admirando paisajes, reviviendo experiencias insólitas, reflexionando sobre un mundo en evolución y en revolución que sólo un gran viajero, un gran espectador de la vida puede ver. Por eso, y por su genuina alma de poeta, los vericuetos se han ensanchado ante sus ojos y ha construido esta magnífica obra en la que descubrimos –como en una muñeca rusa- no sólo uno, sino múltiples viajes.
El primero nos muestra los distintos escenarios que componen Navarra, desde las poderosas e históricas ciudades a los recónditos pueblos abandonados, con delicado fervor hacia lo que ve, en un espléndido testimonio de amor a su tierra.
Pero a la vez que se adentra en calles y cañadas va descubriendo otro viaje más profundo, el que ha experimentado la sociedad rural en los últimos cinco o seis decenios en que, con paso de gigante, ha salvado la distancia entre la Edad Media y el siglo XXI.
En este índice se encuentran relacionados los 31 relatos que componen el libro. Si te gusta seguro que te sale más barato comprarlo que imprimirlo.